domingo, 17 de mayo de 2009

SMPR - Adhesión del CONSEJO NACIONAL DE LA MUJER

SEMANA MUNDIAL POR EL PARTO RESPETADO
Del 11 al 17 de mayo de 2009
“Por la urgente disminución de las cesáreas innecesarias”


El Consejo Nacional de la Mujer expresa, una vez más, su adhesión a la Semana Mundial por el Parto Respetado 2009 que se celebra durante esta semana en todo el territorio nacional.

En este sentido, la Argentina cuenta, por un lado, con la ley de Parto Humanizado,
“Derechos de Padres e Hijos durante el proceso de nacimiento” – Nro. 25.929 -
que rige desde septiembre de 2004. A la vez que, el Ministerio de Salud de la Nación publica, ese mismo año la “Guía para la Atención del Parto Normal en Maternidades Centradas en la familia”. Ambas normativas destinadas a la transformación del paradigma bio-médico desde donde es abordado, aun hoy, el parto y el nacimiento a partir de su incorporación en el sistema de salud.
Se suma a estas normas, la reciente sanción de la “Ley integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales ” - Nro. 26.485-, donde es definida la violencia obstétrica como una de las modalidades de ejercicio de la violencia contra las mujeres.

La Semana del Parto Respetado es una iniciativa que nació en Francia promovida por la Alianza Francesa por el Nacimiento Respetado (AFAR) para tomar conciencia de la necesidad de modificar la Asistencia Perinatal. La Red Latinoamericana y del Caribe por la Humanización del Parto y el Nacimiento- Relacahupan - ha tomado también esta iniciativa en búsqueda de un modelo de atención que integre en forma equilibrada los aspectos humanos y tecnológicos y necesarios para una atención de calidad. Cada año, se define un lema para reflexionar sobre esta temática. Este año, se ha elegido: “ por la urgente disminución de las cesáreas innecesarias”, debido al exceso de las mismas en todo el mundo tanto en el ámbito público como en el privado.

La operación cesárea, fue concebida en sus orígenes, 700 A..C., para ser practicaba en mujeres muertas con la finalidad de salvar la vida del feto, por la certeza de que la madre moriría en la operación. Esta postura se mantuvo en la práctica médica hasta los albores del siglo XIX, entrado este siglo comenzó a perfeccionarse la técnica quirúrgica y más adelante comenzaron a respetarse las normas de asepsia y antisepsia. como también de los agentes anestésicos brindó mayores garantías a las mujeres y mejores condiciones a los tocólogos que a su vez identificaron las indicaciones y el momento más oportuno para llevar a cabo la operación Así se llega a la era antibiótica con unos índices de frecuencia de 3 a 5%. En 1950 en U.S.A se logra una muestra sobre 1000 cesárea, sin una sola muerte materna. Este acontecimiento, trajo como consecuencia que la cesárea se extendiera con carácter epidémico

La Organización Mundial de la Salud (OMS), formula la “Declaración sobre la Tecnología apropiada para el Parto”, donde queda de manifiesto que el porcentaje de cesáreas no puede superar el 10-15% y recomienda un parto vaginal luego de una cesárea anterior...

Advertimos al menos dos posturas ideológicas frente a las cesáreas tanto por parte de las mujeres como del equipo de salud.
La primera considera que es una intervención simple, sin riesgo de vida para el binomio madre – bebe y menos dolorosa, por ello, es utilizada como una intervención de rutina frente a “complicaciones menores” y/o como alternativa de nacimiento seguro y de rápida recuperación corporal. Por esto muchas mujeres ven en esta práctica una manera de sortear su temido dolor a la experiencia del parto. Sin ser consideradas las variables emocionales que atraviesan este proceso ni las consecuencias en la vida posterior para el bebé, como por ejemplo, trastornos en las vías respiratorias, dificultades en la lactancia, entre otras.

La segunda postura, considera a la cesárea como última alternativa de intervención. Debido a que entienden que se trata de una operación de cirugía mayor, que puede provocar infecciones, dolor abdominales fuertes por la acumulación de gases, hemorragias, lesión de tejidos y órganos adyacentes, alteración del funcionamiento intestinal y riesgo de la anestésica y de las transfusiones. Acompañan esta postura aquellas mujeres que consideran el parto y el nacimiento de sus hijas/os como único e irrepetible, un momento que se parece más a un acto de amor que a un problema por sortear. Y donde también es considerada la cesárea necesaria. como una manera de parir y nacer.

“Existen innumerables evidencias científicas que demuestran que el estrés producido por un entorno desconocido durante el parto, sumado a una atención mecanizada y medicalizada aumentan el dolor, el miedo y la ansiedad de la mujeres produciendo un efecto en cascada que genera mayor cantidad de intervenciones y, consecuentemente, más efectos adversos en la madre y el niño. Y estos pueden minimizarse con el apoyo de familiares e incluso del equipo de salud”.*

Es probable entonces que en la medida que se instaure un nuevo dialogo entre la mujer y el equipo de salud durante el proceso de gestación, el acto de parir vuelva a concebirse como un acto fisiológico., donde la mujer dando a luz sea la protagonista. Utilizando los avances tecnológicos sólo en aquellas situaciones que lo requieran.




*Guía para la Atención del Parto Normal en Maternidades Centradas en la familia. Ministerio de salud de la Nación. 2004

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