lunes, 5 de diciembre de 2011

En busca del pesebre perfecto

Extraído de Saraillamas

Hace días me he embarcado en la búsqueda del pesebre perfecto. Hace años que había abandonado la práctica de montar el Belén en casa. Y ahora, después de convertirme en madre, la verdad es que lo veo con diferentes ojos.


La mayoría de imágenes de la Virgen María con el Niño tradicionales ahora me resultan extrañas, frías, incapaces de comunicar lo que realmente ha acontecido.


Después de ver la película de Io sono con te del director italiano Guido Chiesa (a los que sepáis algo de italiano os la recomiendo vivamente) y de investigar aquí y allá, he descubierto que en la historia de María, José y el Niño Jesús hay algo que a simple vista no se puede ver. Nos revela algo que va mucho más allá del plano religioso. Nos transmite un mensaje histórico, humano, sagrado y profano al mismo tiempo: el mensaje no es otro que el de una mujer que da a luz a su hijo, sin ser molestada, con recogimiento, en soledad, naturalmente.

Es lo que nos muestra el genio de Caravaggio en su obra “La adoración de los pastores”, la cual ilustra este post. El pintor italiano ha comprendido perfectamente este mensaje: uno de los aspectos más importantes de esta gran representación es que el pequeño Jesús, recién nacido, en lugar de estar expuesto al público en el pesebre (tal y como viene representado según la tradición popular en la mayoría de Natividades), se encuentra en los brazos de su madre, a la cual observa con admiración. Y esa adoración es recíproca. Podemos observar ese enamoramiento mutuo que adviene en el momento del nacimiento, si no se sufren interrupciones, si no se mide, si no se visita, si no se habla, si no se molesta a la madre o al niño.


La luz no ilumina la imagen divina del Niño, sino que ayuda a ensalzar el contacto y la mirada entre la madre y su hijo recién nacido.


María viene representada como una mujer que acaba de dar a luz, agotada, casi acostada en el suelo, abandonada al amor más absoluto y, a su lado, un simple saco con pocas cosas, aquellas necesarias y nada más.


No eran necesarias, y no sirven ni siquiera actualmente, cunas, cochecitos, sillitas de paseo, etc.

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