lunes, 5 de diciembre de 2011

En busca del pesebre perfecto

Extraído de Saraillamas

Hace días me he embarcado en la búsqueda del pesebre perfecto. Hace años que había abandonado la práctica de montar el Belén en casa. Y ahora, después de convertirme en madre, la verdad es que lo veo con diferentes ojos.


La mayoría de imágenes de la Virgen María con el Niño tradicionales ahora me resultan extrañas, frías, incapaces de comunicar lo que realmente ha acontecido.


Después de ver la película de Io sono con te del director italiano Guido Chiesa (a los que sepáis algo de italiano os la recomiendo vivamente) y de investigar aquí y allá, he descubierto que en la historia de María, José y el Niño Jesús hay algo que a simple vista no se puede ver. Nos revela algo que va mucho más allá del plano religioso. Nos transmite un mensaje histórico, humano, sagrado y profano al mismo tiempo: el mensaje no es otro que el de una mujer que da a luz a su hijo, sin ser molestada, con recogimiento, en soledad, naturalmente.

Es lo que nos muestra el genio de Caravaggio en su obra “La adoración de los pastores”, la cual ilustra este post. El pintor italiano ha comprendido perfectamente este mensaje: uno de los aspectos más importantes de esta gran representación es que el pequeño Jesús, recién nacido, en lugar de estar expuesto al público en el pesebre (tal y como viene representado según la tradición popular en la mayoría de Natividades), se encuentra en los brazos de su madre, a la cual observa con admiración. Y esa adoración es recíproca. Podemos observar ese enamoramiento mutuo que adviene en el momento del nacimiento, si no se sufren interrupciones, si no se mide, si no se visita, si no se habla, si no se molesta a la madre o al niño.


La luz no ilumina la imagen divina del Niño, sino que ayuda a ensalzar el contacto y la mirada entre la madre y su hijo recién nacido.


María viene representada como una mujer que acaba de dar a luz, agotada, casi acostada en el suelo, abandonada al amor más absoluto y, a su lado, un simple saco con pocas cosas, aquellas necesarias y nada más.


No eran necesarias, y no sirven ni siquiera actualmente, cunas, cochecitos, sillitas de paseo, etc.

Seguir leyendo esta nota aquí.

lunes, 9 de mayo de 2011

DE PARTOS CON PARTERAS.

LA PARTERÍA SE BASA EN LA CREENCIA DE QUE EL PROCESO DEL NACIMIENTO EN EL SER HUMANO FORMA PARTE DE LA NATURALEZA...

Marsden Wagner, Ex director del departamento Materno-Infantil de la OMS.

El parto ha sido siempre parte del mundo de la mujer. Y siempre ha habido parteras para asistir a las mujeres en el parto.

(...) Desde el principio, las parteras han desarrollado un papel central en el mundo femenino, no sólo con actos que van mas allá de la atención a la maternidad, sino incluso actos que abarcan mucho mas que el cuidado de la salud.

(...) Las parteras han comprendido siempre que la mujer en el trance del parto debía permanecer en el centro con la partera que la asistía a su lado, no sólo controlando el proceso de su parto, sino también aportando una gran dosis de
apoyo social y psicológico.

Sin embargo, los hombres necesitan estar en el centro y controlar y manejar todo lo que ocurre a su alrededor. En consecuencia, los obstetras de hoy controlan el parto y podemos encontrar, por ejemplo, la situación extrema: el manejo “activo” del parto en donde “activo” significa que el doctor desarrolla un papel activo y la mujer de parto es de todo menos activa, puesto que se encuentra totalmente despojada del control de su propio parto.

La partería se basa en la creencia de que el proceso del nacimiento en el ser humano forma parte de la naturaleza y que, claramente, ha evolucionado durante millones de años. Las parteras creen que la mayoría de las mujeres son capaces de dar a luz con apoyo y un mínimo de asistencia.

Sin embargo, los hombres confían en las máquinas, no en los cuerpos de las mujeres. Uno de los aspectos fundamentales es la espera en calma y en alerta, con consciencia. Esto no forma parte del mundo masculino y ha sido sustituido por la ansiosa necesidad de “hacer algo” de los que atienden el parto, preferiblemente con máquinas.

(...)Los médicos han sustituido a las parteras en los partos de bajo riesgo sólo para que la ciencia probara que las parteras resultan mas seguras.

(...) Las parteras siempre han entendido que el nacimiento forma parte de la vida y como la vida, no posee garantías.

(...) ¿Quién atenderá los partos de bajo riesgo? Partería. Una investigación científica considerable ha probado 4 importantes ventajas de la partería independiente:

· las parteras resultan más seguras en los casos de partos de bajo riesgo,
· realizan menos intervenciones innecesarias,
· resultan más baratas y proporcionan una mayor satisfacción.


El estudio mas esclarecedor acerca de la seguridad de un parto asistido por parteras publicado en 1998, examinaba todos los partos en EEUU, unos 4 millones de nacimientos. En comparación con los partos atendidos por galenos, los partos asistidos por parteras daban como resultado una mortalidad infantil un 19% mas baja, una mortalidad neonatal un 33% menor y un índice de bajo peso al nacer un 31% mas bajo.

Después de revisar la amplia evidencia de la seguridad de las comadronas, un artículo recientemente publicado en una revista obstétrica concluía: la búsqueda de literatura científica fracasa a la hora de encontrar un solo estudio que demuestre peores resultados con parteras que con médicos en mujeres de bajo riesgo. La evidencia demuestra que la atención primaria que proporcionan las parteras es tanto o mas segura incluso que los cuidados de los médicos.

La EVIDENCIA CIENTÍFICA muestra que, en comparación con los partos atendidos por médicos, los atendidos por parteras presentan según las estadísticas muchas menos amniotomías (rotura de la bolsa provocada), mucho menos uso de fluídos o medicación intravenosa, menos monitorización fetal electrónica de rutina, menos uso de narcóticos, menos uso de anestesia, incluído el bloqueo peridural para el dolor del parto, menos inducción y aceleración del parto, menos episiotomías, menos forceps, menos extracciones por ventosas, menos cesáreas y mas partos vaginales después de
cesáreas.

viernes, 15 de abril de 2011

EN BRAZOS: la importancia del contacto físico y del apego

Biberones, chupetes, cochecitos, cómodos sillones regulables, adaptadores para el auto y la bicicleta, cunas transportables, desarmables, sofisticados accesorios con sonidos, colores, formas…sin duda alguna la industria ha diseñado todo tipo de implementos para transportar, alimentar, dormir, entretener y estimular a nuestros bebés. En unas pocas décadas se nos han vuelto necesarios, imprescindibles. Se han ligado indisolublemente a la imagen del bebé sano y feliz. De algún extraño modo hemos conseguido que hoy, un bebé que no usa chupete, que toma el pecho o va en brazos de su madre sea la excepción y no la norma. Es tan inusual, que quienes optan por una crianza con apego y con respeto por las necesidades de los bebés, se ven amenazados por toda clase de teorías y condenas que aseguran que su hijo no está sano y que, de no intervenir a tiempo, las consecuencias serán muy graves. Brazos, ¿hasta cuándo? La mayoría de los bebés comienzan a andar alrededor de los 12 meses de vida. Dan unos pocos pasitos y la familia contenta celebra que “ya camina”. Sin embargo, pasarán aún un largo par de años hasta que este niño que hoy a tientas logra mantenerse unos segundos en pie, pueda caminar sin perder el equilibrio, correr, sostenerse en un solo pie, retroceder, detenerse de pronto. De modo que caminar, lo que se dice caminar, es algo que se aprende completamente pasados los 3 años de vida. A pesar de esto, todos sabemos que aún luego de esa edad, los niños se cansan con gran facilidad y piden brazos. O sea que desde el aspecto físico, los niños necesitan ser cargados en brazos por lo menos para trasladarse de un lado hacia otro hasta que estén en condiciones plenas de hacerlos por sí mismos. En la práctica, nuestros hijos piden brazos por muchos otros motivos además del que acabamos de mencionar: al estar cansados, con sueño, cuando se lastiman, se asustan, se intimidan, se cansan de mirar el mundo a la altura de rodillas y patas de las mesas, e incluso por motivos que sólo ellos conocen. En estos casos, nunca falta una tía (con las mejores intenciones, claro), una suegra, una vecina o incluso una perfecta desconocida, que se siente en el deber de alertarnos: “lo vas a malcriar”. Esta sentencia abre varias cuestiones que podemos analizar. La primera de ellas es la creencia de que estar en brazos es algo que no debe ocurrir, y desde luego NUNCA en una “buena” crianza. Es algo malo, que se hace para darles el gusto a los hijos, y parece imposible que para los papás resulte placentero o lo disfruten. Otra cuestión interesante es la idea de que si le das algo a tu hijo que le gusta, luego nunca dejará de pedirlo. Parecería que los bebés fueran adictos en potencia, que una vez que satisfacen sus necesidades con algo, no podrán dejar de pedir más. Personalmente, no he visto niños con problemas para dejar el cochecito o la sillita del auto cuando están maduros para ello. Y tampoco niños de 10 años pidiendo ser alzados en brazos. En algún momento de la evolución, simplemente dejan de pedir lo que ya no necesitan. Las edades que tomamos como referencia para el desarrollo de nuestros hijos, están puestas de un modo arbitrario y no coinciden con la realidad por mucho que intentemos forzarlos. Otro mensaje que se desliza en estas sentencias es que el niño no necesita estar en brazos, lo pide sólo para molestar, o por capricho, o porque nos “tomó el tiempo”. Evolutivamente, un niño de tan corta edad, no tiene capacidad de elucubrar un plan tan especulativo, ni puede aprender el concepto de tomar ventaja, de aprovecharse de los demás. Las cosas para ellos son más simples: me siento cansado, triste, inseguro, y busco refugio en el lugar que me da más tranquilidad, junto al corazoncito de mamá, entre sus brazos, acurrucado. La intención es clara y sencilla: pido aquello que necesito”. “Un aspecto fuerte dentro de quienes desaprueban el contacto estrecho con los bebés o la satisfacción de sus necesidades, es el fantasma de la dependencia que le generará al bebé estar en brazos, tomar teta, compartir la cama con sus papás, etc. Veamos un poco de dónde surge esta idea. El apego Esta dependencia de la que venimos hablando, tiene un nombre en la literatura psicoanalítica, se llama apego. El apego es la capacidad de formar y mantener relaciones. Como el ser humano vive en comunidades y es interdependiente de los otros seres humanos, es importante que aprenda desde pequeño a establecer lazos con los otros, y para preservar la especie, éstos deben ser estrechos y estables. Estos lazos otorgan bienestar, seguridad, consuelo, placer… Y la amenaza de pérdida del objeto al cual nos hallamos apegados, provoca ansiedad, angustia, temor. La primera relación de apego que desarrollamos luego de nacer, es aquella que se da con nuestra madre. En el momento del parto, mamá y bebé segregan hormonas –opiáceos- que les facilitan –en condiciones de intimidad y contacto físico- este sentimiento de dependencia mutua, de fusión que ambos necesitan. En condiciones naturales, una mamá que acaba de parir, abrazará a su bebé, ambos se mirarán a los ojos, emitirán sonidos, ella comenzará a acariciarlo suavemente, primero por las extremidades, y luego de a poco se estrecharán e intentarán mantener este contacto piel con piel durante todo el tiempo que les sea posible. La madre no puede dejar de mirar a su bebé con los ojos bien abiertos, le hablará con un tono de voz agudo pero de baja intensidad, con una gran sonrisa, y en pocos instantes este bebé estará listo para reconocer el olor de su madre de entre muchos otros olores, para diferenciar su voz, y se calmará mucho más rápidamente si es acunado por ella y no por otra persona. Durante estas dos primeras horas de vida, el bebé estará en un estado de alerta máximo que no volverá a repetirse hasta que hayan pasado algunos meses. Será incluso capaz de imitar expresiones del rostro de una persona que establezca un contacto visual directo con él a una distancia desde donde pueda verlo. Todo está preparado hormonalmente para que esta mamá y este bebé se enamoren el uno del otro, y desarrollen una fuerte dependencia mutua. Sin embargo, en la gran mayoría de los casos, estas primeras horas son utilizadas para realizar los primeros controles del recién nacido, a cargo de extraños, rodeados de estímulos luminosos, sonoros, y también dolorosos e invasivos. Todos ellos evitables o por lo menos, postergables. Naturalmente, tanto si se produjo esta separación como si no, mamá y bebé querrán estar juntos, reencontrarse, reconocerse, estrecharse y mantenerse muy cerca el uno del otro. Ese bebé que hasta hace unas horas era parte del cuerpo de otra persona, cuyo cuerpo estaba en contacto con un líquido tibio, con sonidos y movimientos, se encuentra perdido en una cuna, lejos de todo lo conocido y por ello llorará intentando recuperar aquellas sensaciones reconfortantes. Esta relación primera, será el modelo sobre el cual se edificarán todas las posteriores relaciones del niño. Si cada vez que necesitó consuelo lo obtuvo, si cada vez que necesitó a su madre la encontró, si sus necesidades de afecto y cobijo fueron atendidas, será un modelo que quedará incorporado como reasegurador, confiable, y cuando llegue el momento de comenzar a independizarse, siempre le resultará mucho más fácil si sabe que ante cualquier ansiedad o angustia, mamá estuvo allí”. La cultura del desapego El apego y el desapego son pautas culturales. En aquellas culturas que funcionan comunitariamente, se necesita criar a los niños de modo que sean solidarios, capaces de compartir, generosos, para que puedan priorizar el bien común del grupo. En culturas como la nuestra, se necesita que los niños sean independientes, y que aprendan a autoabastecerse, porque al llegar a adultos, importará la competitividad, el individualismo, el éxito personal y el poder. Por eso se necesita comenzar desde temprano. Separar a los bebés de sus madres precozmente, que aprendan rápidamente a sostener su biberón para que quienes lo cuidan no tengan que estar tan atentos; que se adapten a las canguro o a las guarderías sin llorar; que duerman solos toda la noche; que jueguen sin compañía; que dejen rápido los pañales; que se queden a dormir en casas de parientes o amigos, etc. Desde luego que estos requerimientos están pensados desde un mundo adulto que necesita rápidamente volver a la “normalidad”, hacer de cuenta que “aquí no ha pasado nada”, y amoldar a este bebé al ritmo de vida que tenía la casa antes de su llegada. Si pudiéramos relatar en primera persona un día en la vida de un bebé, teniendo en cuenta que sus necesidades básicas incluyen brazos gran parte del día, teta a demanda y presencia materna constante, comprobaríamos sorprendentemente que la mayor parte del tiempo, estas personitas de escasas semanas de vida-o incluso días-, postergan o renuncian a sus necesidades para hacernos el favor de permitirnos continuar con nuestra vida adulta: duermen solos en su cunita una o dos horas, se quedan en la guardería, aceptan un trozo de silicona –sin duda una mala imitación del pezón de mamá- para succionar, y nos esperan durante horas mientras hacemos nuestros quehaceres, o cumplimos con nuestra jornada laboral. Algunas mujeres sienten una gran preocupación por retomar su vida social, su silueta, sus actividades recreativas, su vida amorosa, y para esto es necesario que el bebé se esté quietecito, que duerma mucho, que no llore, que juegue solito y que se relacione con cualquier persona que esté dispuesta a quedarse a su lado. Esto es lo que se espera de un bebé casi desde las primeras semanas de vida. Si entendemos esto como “criar”, por supuesto que cargar al bebé en brazos, amamantarlo, dormir en la misma cama con él y satisfacer sus necesidades, será “malcriarlo”. Porque una vez que se ha dormido plácidamente en los brazos de mamá, y se ha abierto un ojo entre sueños y ella sigue estando allí, y al abrir la boca se encontró con su pecho dispuesto a cobijarlo y así se ha pasado todo el día, es lógico, comprensible y hasta esperable, que ningún bebé quiera conformarse con menos!!! Los adultos también necesitamos abrazos. Nos demostramos el afecto con caricias, con besos, con miradas, con palabras cariñosas. Nunca dejamos de necesitar este tipo de comunicación”. Cómo crear vínculo Poner al bebé al pecho, acunarlo, amamantarlo, acariciarlo, hablarle suavemente, sonreírle, cuidarlo, protegerlo, son actitudes que promueven la experiencia del vínculo. Los investigadores de estas temáticas, consideran que el factor más importante en la constitución del apego es el contacto físico positivo -expresado por las actitudes mencionadas anteriormente- ya que éste causa respuestas neuroquímicas en el cerebro que permiten que los sistemas cerebrales responsables del apego se desarrollen normalmente. Durante los tres primeros años de vida el cerebro alcanza el 90% del tamaño adulto y coloca en su lugar la mayor parte de los sistemas y estructuras que serán responsables del funcionamiento emocional, conductual, social y fisiológico para el resto de la vida. Por eso las experiencias de vinculación repetitivas durante la infancia proveen una base sólida para futuras relaciones saludables. Por el contrario, la inconsistencia del vínculo emocional o la falta de satisfacción de estas necesidades básicas de sostén, afecto y reconocimiento, generan conductas de ansiedad y desconfianza de los bebés hacia sus cuidadores. Los bebés pueden reaccionar a esta situación de múltiples maneras, que influirán ciertamente en la consolidación de un modelo de vinculación que luego harán extensivo al resto de sus relaciones. Que los niños se queden quietecitos en la cuna, que duerman toda la noche, que se valgan por sí mismos, son conductas que fomentamos para comodidad de los adultos, pero no son evolutivamente normales para niños pequeños. Si nuestros hijos pasan largas horas en compañía de extraños, ensayan intentos de enfrentar el mundo lejos de los brazos de mamá, hacen lo posible por dormirse en su cunita, están haciendo el máximo esfuerzo para acomodarse a un mundo adulto que dispone de pocos instantes para conectar con ellos. Son ellos quienes, a pesar de su pequeñez y su inmadurez, están sosteniendo nuestras necesidades, y aceptan sin rencores que en nombre de las buenas costumbres, les tildemos de caprichosos y malcriados. “CUANDO NOSOTROS ESTEMOS MENOS OCUPADOS, ELLOS ESTARÁN DEMASIADO GRANDES…” Lic. María Paula Cavanna. Psicóloga y fundadora de UPA Nota extraída de Mucho Mamá, blog que recomiendo visitar!

lunes, 4 de abril de 2011

BENEFICIOS DEL COLECHO

Siempre vale la pena seguir informándonos sobre colecho...

El antropólogo James Mackenna de la Universidad de Indiana, EEUU, publicó dos estudios en 1997 en el Pediatrics.

Controló con monitores en laboratorio el sueño de madres dormidas con sus bebés. Se trataba de establecer las diferencias entre los bebés solitarios y los que dormían acompañados. Se registraron las ondas cerebrales (EEG), los movimientos de los ojos, el mentón, tono muscular, la respiración y el ritmo cardíaco. Los movimientos de ambos se registraron mediante una cámara de infrarrojos. Los resultados fueron asombrosos: madre y bebé cuando duermen juntos están sincronizados, los movimientos y la respiración de cada uno afectan al otro.

Durante el sueño los bebés tienen un patrón diferente al de los adultos. Los bebés presentan más y mayores períodos de sueño ligero llamado REM con movimientos rápidos de los ojos, (en inglés Rapid Eye Movement) Hay cuatro niveles diferentes de REM numerados del 1 al 4. El sueño profundo se produce en los niveles 3 y 4. Los bebés pueden pasar por episodios de apnea que pueden durar hasta 15 segundos pero, si el mecanismo automático de la respiración no se dispara, el niño se despierta y reinicia su respiración sin problema alguno. Esto es fácil si se encuentra en un período de sueño ligero por ello los bebés no duermen profundamente como los adultos. Necesitan estar alertas para mantenerse vivos.

Según Mackenna el roce, el movimiento, el sonido de la respiración, la temperatura, el intercambio de gas carbónico y las vocalizaciones del sueño del acompañante del bebé ejercen una influencia positiva.

La sincronización entre los ciclos de sueño mamá-bebé cuando duermen cerca y comparten la misma cama aumenta la presencia de fases REM en ambos incrementando así la alerta de la madre y la sensibilidad del bebé a cualquier movimiento de su madre ayudando a disminuir y corregir los episodios de apnea. El SIDS se presenta más en niños varones, con peso inferior al normal, prematuros, y entre los tres y cuatro meses de edad.


Resultados

Estudios científicos demuestran que el contacto cercano durante el sueño entre el bebé y sus padres tiene beneficios que incluyen: despertares sincronizados entre ambos, una mejor estabilidad cardio-respiratoria y oxigenación de los niños, menores episodios de llanto, mejor termo-regulación y mayor prevalencia y duración de la lactancia. Está científicamente demostrado que la lactancia materna por sí misma es un factor de prevención del SIDS. Al facilitar la lactancia materna el colecho ayuda a prevenir el SIDS. El colecho en sí mismo, al sincronizar los ciclos de sueño madre/bebé, así como dormir en la misma habitación que los padres previene el SIDS. El colecho no aumenta la incidencia de SIDS salvo quizás en circunstancias muy especiales (madre que fume durante el embarazo y en presencia del bebé, estar dograda...)

Conclusiones

Es importante que las madres reciban información adecuada que les permita tomar decisiones conscientes y responsables sobre la crianza de sus hijos.

Por ello deberían ser informadas de las medidas preventivas del SIDS y de los factores de riesgo potenciales; de las ventajas del colecho y de lalactancia prolongada siguiendo las recomendaciones de OMS/UNICEF.

Los bebés no están capacitados para dormir solos hasta que están madurospara reaccionar ante un fallo respiratorio durante la fase de sueño profundo.



El sueño en las distintas culturas

La incidencia más baja de SIDS ocurre en los países asiáticos, especialmente en Japón y Hong Kong donde el colecho está incorporado culturalmente desde antaño. También mencionar la baja incidencia del SIDS, respecto al resto de la población, en algunas áreas de Londres habitadas por inmigrantes de Bangla Desh, los cuales continúan con la costumbre de realizar colecho.

Las autoridades de Nueva Zelanda recomiendan oficialmente que, al menos durante el primer año de vida, los niños duerman en la habitación de sus padres, aunque sea en su propia cuna, a partir de los estudios realizados por Mitchell y col. (Lancet 1996; 347:7) que muestran una clara reducción de SIDS en relación con el colecho.

La tasa mayor está en Estados Unidos: dos de cada1000 nacidos con vida (casi uno por hora), uno de los países occidentales más reacios a la práctica del colecho.


El medio y el ambiente de crianza podrían tener relación con el SIDS

En los últimos cinco años el simple acto de cambiar la posición del niño para dormir ha disminuido significativamente la proporción de SIDS. En un principio los expertos decían que era conveniente poner al bebé boca abajo a fin de que no se ahogara con su propio vómito. Pero la baja incidencia del SIDS en relación con la posición supina aconsejó que los padres acostaran al bebé boca arriba. El cambio fue espectacular. En Reino Unido reducción del 90% entre1981 y 1992; en Holanda, Australia y Nueva Zelanda la reducción fue de un 50%. En EEUU menos porque este cambio ha sido menos publicitado y menos aceptado. Al contrario dela postura boca abajo, la postura boca arriba o de lado favorece el aumento delas fases de sueño ligero por lo que es más fácil que el bebé se despierte después de un episodio de apnea.

La posición del bebé puede influir y nos ayuda a explicar por qué las culturas no occidentales están menos afectadas por el SIDS. En estas culturas los bebés duermen con la madre y maman a voluntad durante la noche. La investigación de Mackenna ha demostrado que, cuando la madre acuesta el bebé con ella, siempre lo pone boca arriba. Esta posición le permite darle el pecho y vigilarle con más facilidad; además el bebé se mueve con mayor libertad. La alimentación materna, por sí sola, también protege contra el SIDS, porque la lactancia nocturna frecuente combate la hipoglucemia y asegura que la madre esté atenta. Naturalmente las madres no eligen la posición supina porque evite el SIDS, sino porque les parece natural.

Algunos estudios han demostrado que el colecho puede ser una práctica que puede aumentar la incidencia de SIDS pero sólo en determinadas circunstancias como son:

* Que la madre sea fumadora y haya fumado durante el embarazo.
* Que los padres hayan consumido alcohol o drogas.
* Que el colecho se produzca en condiciones de hacinamiento.

Es difícil globalizar el concepto de que el colecho sea una práctica peligrosa cuando se realiza culturalmente en la mayoría de comunidades del mundo, con excepción de los países industrializados, donde comenzó a discontinuarse en los últimos 200 años.

El antropólogo James MacKenna, en dos estudios publicados por él en el año 1997, comprobó que los bebés que realizan colecho con su mamá duplican el número de veces que se amamantan por la noche, en relación a aquellos bebés que no lo hacen, llegando a prolongar el tiempo de lactancia hasta en un 40%.

Estos estudios colocarían la práctica del colecho como factor de prevención del Síndrome de Muerte Súbita infantil, por impactar positivamente en la lactancia materna.


Estudios de adultos en coma o de gemelos primerizos han mostrado que la presencia de otra persona en la habitación o de su hermano en la incubadora mejora significativamente el ritmo cardíaco y la presión sanguínea. También se cree que durante las primeras semanas de vida del bebé, su ritmo respiratorio no es suficientemente maduro y es frecuente el caso de apneas. Si la madre duerme a su lado, además de amamantarle más y mejor, se establece un vínculo tal que los ciclos de sueño de ambos se sincronizan, de manera que a menudo la madre se despierta unos minutos antes de que el bebé


En un congreso de la Asociación Americana para el Avance Científico, se comentó la relación física entre los niños con problemas de estrés y las disfunciones de personalidad en la edad adulta. Los niños que se dejan solos para dormir y no se toman en brazos para confortarlos pueden crecer con desordenes postraumáticos y problemas de personalidad, dijo el Dr. Michael Commons de la Escuela Médica de Harvard, según un estudio realizado por él y sus colegas. La idea de que los bebés necesitan contacto físico no es innovadora. Por eso, cada vez se dejan menos que lloren a sus anchas (para ensanchar pulmones, como decían las abuelas). Pero estos investigadores dijeron que se está empezando a encontrar evidencias de cambios físicos cerebrales causados por el estrés durante la infancia.


"En una gran mayoría de culturas, los hijos duermen con sus padres", dijo el Dr. Commons en su ponencia. "Para un bebé, dormir solo es muy estresante. Lo vemos claramente porque los bebés lloran." Los científicos han encontrado niveles mucho más elevados de la hormona del estrés, la cortisona, en bebés que lloran. El Dr. Commons sugiere que la constante exposición al cortisol en la infancia, causa daños físicos en el cerebro. "Hace que se sea más sensible al efecto del estrés, que aumente la incidencia de enfermedades mentales, y que resulte mucho más difícil sobreponerse", comentó el Dr Commons. "Estos cambios son reales y no desaparecen con el tiempo."


En occidente, se espera que los niños sean autosuficientes y que se las apañen lo antes posible. "No tienen los recursos emocionales para encontrar consuelo y la experiencia se vuelve insoportable", dijo el Dr. Commons. "Se ensalza el individualismo y la imposibilidad de resolver situaciones estresantes es causa de burla y desprecio. El apoyo ante el fracaso y las respuestas emocionales al estrés no forman parte de nuestra cultura."


Otras culturas enseñan a los niños a acercarse a los demás cuando el soporte emocional y físico es necesario. "Los niños duermen tocando a sus padres", dijo. "Son transportados en contacto con sus padres o de otro miembro de la familia." Especialmente los bebés menores de 8 meses deberían dormir con sus padres y tener un adulto cerca todo el día para que les conforte y les proporcione seguridad.


El Dr. Commons citó teorías que afirman que tal soporte constante hace que los niveles de cortisol sean menores, lo que contribuye a que las estructuras corticoides del cerebro se desarrollen mejor. Dijo que muchas enfermedades mentales como las fobias, ansiedad, narcisismo, violencia y depresión, en aumento en países industrializados, apenas existen en sociedades más primitivas.


El Dr Commons asumió que todavía no se dispone de pruebas concluyentes de su teoría, a pesar de que se están llevando a cabo ensayos para mostrar qué estructuras del cerebro funcionan en los casos de estrés.


Mencionó, asimismo, que los padres deben meditar con mucho cuidado cómo tratan a sus hijos. "Yo creo que los niños deben ser acariciados, abrazados y besados", dijo, "los bebés en los centros infantiles no deberían ponerse por separado a dormir en sus cunas, sino dejar que se toquen."


Referencias: Harvard Researchers Say Children Need Touching and Attention

lunes, 28 de marzo de 2011

Obediencia o sentido común

Tenemos muy arraigado el concepto de obediencia, porque casi todos quienes somos adultos hoy, hemos sido criados en base al sometimiento a los deseos o necesidades de alguien más poderoso. El más débil obedece al más fuerte que emite órdenes sobre cómo vivir, comportarse, comer, dormir o relacionarse. Si hemos obedecido como corresponde a los mandatos de otros individuos -generalmente nuestros padres- es posible que nos hayamos acomodado desde muy pequeños a sus necesidades o su moral y por lo tanto hemos obtenido beneficios. El más importante es haber sido aceptados. Hasta ahí, las cuentas dan bien. Sin embargo, hay algo sutil que sucede mientras somos niños, que es imperceptible pero opera a cada instante, que es la pérdida de nuestro pulso básico mientras hacemos grandes esfuerzos para adaptarnos a la modalidad de los mayores. Se desvanece esa voz interior que nos guía y que nos hace únicos. Extraviamos la autenticidad para situarnos en este mundo, en armonía con “eso que somos”. Y así perdemos sin darnos cuenta, el sentido común, que en nuestra sociedad es el menos común de los sentidos. Nos quedamos sin esa brújula interna que nos alumbra para indicarnos lo que nos compete y lo que no, lo que nos hace bien o nos hace mal, lo que encaja con nuestra personalidad o lo que nos lastima. Después de años de esfuerzos para acomodarnos a aquello que les conviene a los demás, hemos dejado de ser convenientes para nosotros mismos. Entonces estamos en peligro. En primer lugar, porque nuestros padres -mientras no sean molestados- no registran que haya algún problema. En segundo lugar, porque el rencor, la soledad, la rabia y el desamor crecerán en nuestro interior, y alguna vez ese cúmulo de sensaciones negativas, explotarán. Desde el punto de vista de los adultos, imponemos a nuestros hijos obediencias desmedidas y alejadas del ser esencial de cada uno de ellos, perpetuando un desastre espiritual colectivo. Tengamos la humildad de no pretender que nadie nos obedezca. El único que debe ser obedecido, es el corazón. Laura Gutman.

miércoles, 9 de marzo de 2011

MUJERES...

Hace más de 160 años las mujeres comenzaron a organizar un movimiento, tanto para defender sus derechos como para recuperar antiguas tradiciones. Las Naciones Unidas adoptaron este día, como el Día de la Mujer, en memoria de un traumático acontecimiento que puso de manifiesto las condiciones inhumanas en las que se obligaba a trabajar a las mujeres. El Día Internacional de la Mujer es hoy una cita política y social de reflexión sobre la vida de las mujeres en todo el mundo pero desde la antigua Grecia, Alejandría, Roma, África y Japón, se celebraban en el mes de marzo rituales y homenajes en honor de las mujeres y su poder. En Roma las "Matronalias" honraban a la diosa protectora de las mujeres y la familia. Se encendían antorchas en los templos, se ofrecían plegarias y las mujeres recibían regalos de los hombres. En Irlanda era la fiesta de Rhiannon donde las vírgenes vestales, sacerdotizas de la diosa del fuego purificador, Vesta, la inspiradora, era evocada y se encendían velas en su nombre para obtener inspiración. En la Inglaterra antigua, este era originalmente, el día de la Madre. En Japón tenía lugar la fiesta de las muñecas, especialmente celebrada para las niñas cuyas muñecas representaban a sus antepasadas. En el norte de África se honraba a la reina madre, Isis, cuyo culto se extendía por Asia y Europa. La imagen egipcia (donde la reina Isis era el trono, la autoridad y la cultura) en la que se ve a la Diosa dándole el pecho a su hijo, se extiende luego a la imagen Cristiana de Maria y Jesús, representando el vinculo fundamental sobre el que se construyen las sociedades. Al ser el mes de la llegada de la primavera en el norte, estas celebraciones iniciaban los festivales de bienvenida de las flores, los colores, los frutos. La fertilidad, la alegría, el juego y los verdores de la primavera. La fiesta de Afrodita y su amante Adonis, celebraba a los enamorados y la felicidad de las parejas así como las "Liberalias" permitían, en la misma época, a los esclavos hablar libremente y hacer honor a ciertas libertades que iban más allá de los limites normalmente impuestos, como luego fueron los carnavales, también festejados en esta época. La víspera de Purin entre los judíos, festeja a la reina Ester que salvó a los judíos de Hamán que pretendía matarlos; es un día para pensar en el poder de las mujeres y la victoria de las estrategias femeninas sobre la violencia de los hombres. Las fiestas de Minerva, la diosa de las artes y las ciencias; de Hilaria, la diosa de la risa; la de la diosa alemana Eostara, del renacimiento y la regeneración; así como la de Hipatia (la pagana divina que enseñó en Alejandría a todos los maestros filósofos y eruditos) llaman a la inteligencia, el ingenio, la creatividad, la osadía, el humor y nos animan a celebrar en estos días nuestras propias fiestas en honor a la mujer!



Jaqui Zieler


(A partir de Cada Día es una Fiesta, de Z.Budapest)

lunes, 28 de febrero de 2011

No quiere dormir solo

¡Por supuesto que los niños no quieren dormir solos! Ni quieren, ni deben. Los bebés que no están en contacto con el cuerpo de sus madres, experimentan un inhóspito universo vacío que los va alejando del anhelo de bienestar que traían consigo desde el período en que vivían dentro del vientre amoroso de sus madres. Los bebés recién nacidos no están preparados para un salto a la nada: a una cuna sin movimiento, sin olor, sin sonido, sin sensación de vida. Esta separación del cuerpo de la madre causa más sufrimientos de lo que podemos imaginar y establece un sin sentido en el vínculo madre-niño. No pasa nada si traemos a los niños a nuestra cama. Todos estaremos felices. Sólo basta con hacer la prueba para constatar que el niño se duerme entre sonrisas, que la noche es suave y que no hay nada que pueda ser contraproducente cuando hay bienestar. Lamentablemente las madres jóvenes desconfiamos de nuestra capacidad para comprender los pedidos de nuestros hijos que son inconfundiblemente claros. Circula socialmente la idea que satisfacer las necesidades de un bebé los convierte en “malcriados”, aunque paradójicamente, obtenemos una y otra vez el resultado opuesto al esperado, ya que en la medida que no dormimos cuerpo a cuerpo con los niños, ni los tocamos, ni los apretamos… ellos van a reclamar más y más. Pensemos que el “tiempo” para los niños pequeños aparece como un hecho doloroso y desgarrador si la madre no acude, a diferencia de las vivencias dentro del útero donde toda necesidad era satisfecha instantáneamente. Ahora la espera, duele. Si los niños deben esperar demasiado tiempo para encontrar confort en brazos de su madre, se aferrarán con vigor a los pechos, mordiendo, lastimando o llorando, apenas tengan acceso al cuerpo materno. El miedo será la principal compañía, porque sabrán que la ausencia de la madre volverá en cualquier momento a devorarlos. Los niños tienen razón en reclamar contacto físico ya que son totalmente dependientes de los cuidados maternos. Tienen conciencia de su estado de fragilidad y hacen lo que todo niño sano debe hacer: exigir cuidados suficientes para su supervivencia. La noche es larga y oscura, y ningún niño debería atravesarla estando solo. ¿Hasta cuándo? Hasta que el niño no lo necesite más.

Laura Gutman.

viernes, 11 de febrero de 2011

80 médicos estadounidenses contra las vacunas:

Documento del International Medical Council on Vaccination

Nota extraída De El Blog Alternativo

“Si los niños de EE.UU. recibiesen todas las dosis recomendadas de todas las vacunas recibirían hasta 35 vacunas que contienen: 113 diferentes tipos de gérmenes en partículas, de 59 sustancias químicas diferentes, 4 tipos de células animales y albúmina humana procedente de tejidos de fetos humanos abortados”

“Si usted piensa que no tiene que preocuparse de las vacunas debido a que sus hijos ya son mayores se equivoca. Hay más o menos 20 vacunas actualmente en desarrollo para el lanzamiento en los próximos años. Todas ellas dirigidas a adolescentes y a adultos”
International Medical Council on Vaccination


Las vacunas ya nacieron en el siglo XIX con profesionales en contra de esta práctica médica. Hasta ahora, las voces disidentes que cuestionan distintos aspectos de las vacunaciones (ingredientes, conservantes, número de dosis, edad, combinaciones, etc.) han estado presentes pero de forma discreta y haciendo poco ruido.

Sin embargo, en los últimos tiempos, y especialmente a raíz de los escádanlos con la gripe A y la vacuna del virus del papiloma humano, el movimiento antivacunal ha cobrado protagonismo y es mucho más fácil que antes acceder a información crítica y encontrar médicos abiertamente contrarios a la práctica general sobre este tema en muchos países del mundo. No es algo de un autor o un estudio concreto, sino una corriente global.

Un ejemplo de ello es el documento titulado “Vaccines: get the full story” publicado por International Medical Council on Vaccination en el que 80 médicos de distintas especialidades y docentes de Medidina en EEUU alertan sobre los riesgos de las vacunas y rechazan las recomendaciones oficiales al respecto.

Un resumen del El documento está disponible en 9 idiomas, incluido castellano, y en él se enumeran los efectos secundarios documentados de las vacunas, se trata el tema del autismo, se explican porqué muchos médicos no vacunan a sus familias, se advierte de los ingredientes de las vacunas y su proceso de fabricación, se informa de los resultados de un amplio estudio con niños no vacunados vs vacunados, se denuncian los conflictos de intereses en este tema y se acusa a la industria farmaceútica de lucrase a expensas de los daños de estos medicamentos.

A continuación resumimos sus conclusiones sobre el negocio de las vacunas, exponemos los componentes y los datos de ese estudio comparativo:


*Las compañías farmacéuticas ganan miles de millones de dólares en las vacunas
*Las compañías farmacéuticas ganan decenas de miles de millones de dólares en los fármacos administrados para tratar los efectos colaterales y las enfermedades causadas por las vacunas
*Las vacunas son la columna vertebral del sistema médico. Sin vacunas, bajarían los costes sanitarios porque tendríamos a la sociedad en general muy saludable
*Las compañías farmacéuticas, las compañías de seguros y el sistema médico se enriquecen cuando usted se enferma
*Las vacunas no dan inmunidad de por vida, por eso hay las vacunas de refuerzo que recomiendan a sus hijos
*Cada dosis de refuerzo aumenta el riesgo de efectos secundarios
*Los efectos secundarios de las vacunas pueden causar enfermedades por el resto de su vida. En realidad, hay muchos medicamentos para tratar los efectos secundarios causados por las vacunas.

Algunos ingredientes de las vacunas. ¿Cómo es posible que las vacunas sean perjudiciales para la salud?

*Virus errantes o bacterias procedentes de los cultivos de células animales con las que preparan las vacunas en los mismos laboratorios
*El mercurio, una neuro‐toxina de la cual hay buena documentación, se encuentra todavía en las dosis de vacunas múltiples contra la gripe en todo el mundo. Vestigios de este metal pesado aparecen también en otras vacunas
*El aluminio, veneno que puede causar patologías de la médula ósea, en el hueso y degeneración cerebral
*Células animales de: monos, riñones de perro, gallinas, vacas y seres humanos.
*El formaldehido (líquido utilizado para embalsamar) es conocido a nivel mundial como carcinógeno.
*El polisorbato 80, se sabe que causa infertilidad en ratones hembras y atrofia testicular en ratones machos
*Gelatina de cerdos y vacas, se sabe que causa reacciones anafilácticas, se encuentra en grandes cantidades en la vacuna triple vírica y en las vacunas contra la varicela y el herpes zóster.
*Glutamato monosódico (MSG) en vacunas inhaladas contra la gripe, se sabe que causa trastornos metabólicos (diabetes, por ejemplo), convulsiones y trastornos neurológicos, entre otros

¿Hay algún estudio o investigación que demuestre la diferencia entre niños vacunados y no vacunados?
El proyecto Cal‐Oregon (http://www.generationrescue.org/pdf/survey.pdf) que fue financiado por Generation Rescue y controlado por padres de niños vacunados y no vacunados. De los 17.674 niños incluidos en la encuesta se demostraron los siguientes resultados:

Los niños vacunados tenían:

**El 120% más de asma
**El 317% más de TDAH
**El 185% más de trastornos neurológicos
**El 146% más de autismo

Al final del documento ofrecen bibliografía al respecto con webs y libros, incluido uno en castellano: “Vacunación, el negocio con el miedo” de Gerhard Buchwald.

Continuar leyendo en El Blog Alternativo: Link a la nota original con mucha más info!

lunes, 7 de febrero de 2011

Salir del armario (o la maternidad impúdica)

Por Ileana Medina Hdez

Hace un tiempo rebauticé este sitio con el subtítulo de la maternidad impúdica, queriendo hacer un guiño precisamente a la necesidad que hay de mostrar y hablar de la maternidad, de la femineidad y de la sexualidad, de nuestros pechos, de nuestros úteros, de nuestros ovarios, de nuestra menstruación, de nuestros cuerpos, de nuestras formas de ejercer y entender la maternidad, sin rubor, sin eufemismos, sin pudores sin sentido.


Prácticamente el 100% del pensamiento (y del poder) occidental lo han ejercido personas que no han gestado, parido ni amamantado. De Aristóteles a San Agustín, de Descartes a Kant, de Marx a Simone de Beauvoir, la maternidad -y sus relaciones con la filosofía, la psicología, la dominación, el miedo, la política o el poder- no se han mostrado ni escrito desde adentro. Pocos quienes, desde afuera, han podido conectar con el poder femenino y maternal.


Por otra parte, quienes hemos gestado, parido, amamantado y criado a lo largo de la historia lo hemos hecho casi siempre en condiciones de dominación, discriminación, represión sexual, ignorancia, rechazo y desconexión del propio cuerpo y sus funciones, insalubridad o miseria.


Escuchar y leer hoy en la "blogosfera maternal" el testimonio de mujeres, muchas de ellas con grados y postgrados en universidades de primer nivel, con formación y nivel intelectual, con información y poderío interior, que a la vez están gestando con conciencia, pariendo en libertad, amamantando con placer y criando naturalmente, por elección y decisión propias, es novedoso, enriquecedor y abre las puertas a nuevas formas y rumbos sociales.


La "blogosfera" ha creado un nuevo género temático que no existía -ni existe- en los medios tradicionales: Crianza-Maternidad-Bebés, una nueva temática que ha ascendido a Categoría, gracias al conocimiento, artículos, reflexiones, lecturas, historias, imágenes y vídeos que madres, padres, matronas, doulas, psicólogos, pediatras, periodistas, escritores, mujeres, hombres... compartimos hoy en la red.


En la entrevista que hace poco los lectores del blog La Mamá Vaca hicieron al pediatra Carlos González, famoso por sus best-sellers sobre crianza respetuosa, éste decía:


«Creo que, en la mayoría de los casos, mis libros sólo han servido para que los padres "salgan del armario", para que hagan con orgullo lo que de otro modo tal vez habrían hecho a escondidas.»


Pretender, efectivamente, que se pueda criar con amor siguiendo las "pautas" de algún método o autor, es absurdo. Nadie puede seguir ningún método para amar (sí para reprimir o manipular conductas). Los actos de amor sólo pueden ser sinceros, libres y espontáneos, o dejan de ser amor, por definición.


Estos autores nos sirven pues para reforzarnos, para comprendernos y conocernos mejor a nosotros mismos, para dejar de auto-censurarnos, para librarnos de la censura exterior, para saber que lo que sentimos es legítimo y no debe ser reprimido ni intervenido por agentes externos, para ayudarnos a liberar nuestros propios demonios interiores, para quitarnos miedos innecesarios... y finalmente, ganando en seguridad, confianza y libertad, aumentar nuestra capacidad de amar corporal y tangiblemente a nuestros hijos.


Miriam, en el blog Crianza y Confianza, aprovechó esta frase de González para hablar también de cómo, por eso mismo, muchas veces escondemos, ante nuestras familias, amigos, compañeros de trabajo, nuestra forma de criar.


Uno de los mayores obstáculos para estudiar la duración natural de la lactancia es precisamente que la mayoría de las madres que amamantamos durante más de uno o dos años lo ocultamos incluso hasta a nuestros pediatras.


Todavía hay madres que son echadas de bibliotecas, restaurantes o centros comerciales por amamantar en público. Todavía hay padres que pretenden utilizar como argumento para quitarle la custodia de sus hijos a sus madres el hecho de criar con apego, o sea, con amor visible y tangible. Todavía hay quien confunde -a la vez y contradictoriamente- la crianza respetuosa y corporal con sobreprotección (por aquello del apego) o con negligencia (por aquello de la libertad "sin limites"). Mientras eso siga ocurriendo, mucho camino falta aún por andar.


Cierto que el acto de amamantar, como el de dormir o no con nuestros hijos, son actos íntimos, decisiones familiares que a nadie más importan ni deben importar. Pero ocurre que sí se habla públicamente de lo contrario: de aplicar métodos para que los niños duerman solos, de amueblar y decorar habitaciones independientes desde antes del niño nacer, de comprar cunas, minicunas y recontracunas.... De cierto modo, todo el mundo presupone -también públicamente- que esa es la única manera de criar.


Por eso, (de cierto modo en forma similar a las fiestas del Orgullo Gay que han contribuido a "normalizar" y visibilizar otras formas de orientación sexual), las tetadas públicas, o publicar testimonios, imágenes y reflexiones sobre partos naturales, femineidad y crianza corporal son una forma de "exhibicionismo necesario".


Cuando la sociedad es represora y llena de tabús -como lo ha sido siempre-, airear que existen otras formas de hacer las cosas es sano y deseable. Reflexionar, debatir, compartir, mostrar, hablar, conversar sobre estos temas, es saludable.


Sacar a la maternidad y la sexualidad del armario es necesario, para las mujeres, para los hombres, y sobre todo, para los niños y para la sociedad en su conjunto, para aumentar las formas de libertad y de amor posibles y deseables.


Reforzar el orgullo maternante de quienes están siguiendo sus instintos, lo que les dicta su corazón, sus vísceras, su útero palpitante, sus hormonas del amor... es hasta necesario en una sociedad empeñada en sustituir todo acto humano de afecto y de emoción por un sucedáneo vendible y comprable.


Mostrar, mostrarnos, sin falsos pudores, sin miedos, sin represión, con alegría, con orgullo y con placer...

Nota extraída de aquí.

martes, 1 de febrero de 2011

Patriarcado, represión sexual y partos dolorosos

Las mujeres llevamos varios siglos de historia sumidas en la represión sexual. Esto significa que hemos considerado al cuerpo como bajo e impúdico, a las pulsiones sexuales malignas y a la totalidad de las sensaciones corporales, indeseables. ¿En qué momento aprendemos que no hay lugar para el cuerpo ni el placer? En el mismísimo momento del nacimiento. Segundos después de nacer, ya dejamos de ser tocados. Perdemos el contacto que era continuo en el paraíso uterino. Nacemos de madres reprimidas por generaciones y generaciones de mujeres aún más reprimidas, rígidas, congeladas, duras, paralizadas y temerosas de acariciar. Entonces el instinto materno se deteriora, se pierde, se desdibuja.

En este contexto, las mujeres con siglos de Patriarcado encima, alejadas de nuestra sintonía interior, no queremos parir. Es lógico, ya que nuestros úteros están rígidos y así duelen. Nuestro vientre está acorazado y nuestros brazos se defienden. No hemos sido abrazadas ni acunadas por nuestras madres, porque ellas no han sido acunadas por nuestras abuelas y así por generaciones y generaciones de mujeres que han perdido todo vestigio de blandura femenina. Por eso cuando llega el momento de parir nos duele el cuerpo entero por la inflexibilidad, el sometimiento, la falta de ritmo y de caricias. Odiamos desde tiempos remotos nuestro cuerpo que sangra, que cambia, que ovula, que se mancha y que es inmanejable.

Es importante tener en cuenta que además del sometimiento y la represión sexual histórica, las mujeres parimos en cautiverio. Desde hace un siglo -a medida que las mujeres hemos ingresado en el mercado de trabajo, en las universidades y en todos los circuitos de intercambio público- hemos cedido el último bastión del poder femenino: el parto. Ya no nos queda ni ese pequeño rincón de sabiduría ancestral femenina. Se acabó. No hay más escena de parto. Ahora hay tecnología. Máquinas. Hombres. Tiempos programados. Drogas. Pinchaduras. Ataduras. Rasurados. Torturas. Silencio. Amenazas. Resultados. Miradas invasivas. Y miedo, claro. Vuelve a aparecer el miedo en el único refugio que durante siglos permaneció restringido a los varones. Resulta que hasta esa cueva íntima, hemos abandonado. Haber entregado los partos fue como vender el alma femenina al diablo. Ahora nos toca a las mujeres hacer algo al respecto, si nos interesa recuperar el placer orgásmico de los partos y si asumimos el poder que podemos desplegar en la medida que los partos vuelvan a ser nuestros.

Laura Gutman. Link

miércoles, 26 de enero de 2011

Escuela - Zona Oeste - 2011

La Escuela Waldorf y el Jardín de Infantes “Semilla Dorada”, con mas de 8 años de trayectoria en la zona oeste, informan que se encuentra abierta la inscripción para el ciclo 2011.

Visite: www.semilladorada.com.ar

lunes, 10 de enero de 2011

Las llamadas Enfermedades Infantiles

En la Argentina es costumbre hacer vacunar a todos los niños en el curso de los dos primeros dos años de vida contra tuberculosis, tétano, difteria, poliomielitis, sarampión, paperas y tos con vulsa o coqueluche, y antes de la pubertad también contra rubéola. Por otra parte, a nivel mundial existen planes para exterminar el sarampión, tal como se ha logrado con la viruela (objetivo de la Organización Mundial de la Salud). En otoño de 1984, a este respecto un diario alemán publicó lo siguiente: "Debemos hacer que los padres abandonen la idea errónea de que las enfermedades infantiles existen para ser padecidas." Nosotros albergamos la esperanza de que las explicaciones que exponemos a continuación de las llamadas enfermedades infantiles y la problemática de decisión respecto a las vacunas, contribuyen a formar un juicio crítico con referencia a la sugestiva publicidad en contra de la superación de las enfermedades infantiles. Porque son precisamente las afecciones febriles en la infancia, y en primer lugar las llamadas enfermedades infantiles, las que constituyen una oportunidad de desarrollo para el organismo infantil. En la confrontación con estas infecciones no sólo se produce un fortalecimiento del organismo infantil y una superación de influencias heredadas, que no concuerdan con al personalidad del niño (ver el capítulo "El sentido de las enfemerdades infantiles", pág. 135), sino que también se estimula la formación de una buena situación de defensa, vale decir de un sistema inmunológico funcional.
No está demostrado que por ejemplo el sarampión hoy en día sea más peligroso que antes. Aparte de los hábitos sociales y alimentarios, una razón por la cual en muchos países actualmente en verdad es más peligroso el tratamiento con medicamentos antifebriles en los primeros días de la enfermedad. Porque la fiebre constituye el único arma de que dispone el organismo para la confrontación con los virus (gérmenes patógenos). Pewro esto no lo explica la publicidad a favor de las vacunas. Es nuestro propósito describir para los padres el desarrollo de las enfermedades infantiles, tal como transcurre cuando no es perturbado por medidas antifebriles o tratamientos antibióticos, sin conducir a complicaciones graves. Pero también se pone en evidencia que se requiere un cuidado experimentado (mantener reposo absoluto, ambiente grato en el cuarto del paciente, ocupación suficiente y razonable del niño, tener en consideración cierto período de convalescencia a continuación de la enfermedad), como sustento de un transcurso positivo. También es nuestro prtopósito representar el sentido de cada una de las enfermedades infantiles, tal como surge de una observación espiritualizada del hombre.
Sin embargo, por el tipo de nuestra explicación dada y la minuciosidad con que tratamos la problemática de las vacunas, el lector no será perturbado en su libertad de decisión. Antes bien es nuestro deseo darle elementos de juicio para que pueda decidir en bien del niño, una vez evaluados todos los factores.

Extraído de las pág. 121 y 122 de Pediatría para la familia, Wolfgang Goebel y Michaela Glöcker, Ed. EPIDAURO


Otra reseña que encontré en Holística de este libro que adoro en casi toda su totalidad (no apoya el colecho ni la lactancia materna prolongada... por lo demás, una biblia!)

Pediatría para la familia
Salud, Familia y Entorno. Alternativas para el cuidado integral de los hijos


Autor: Glöcker Michaela, Goebel Wolfgang



Este libro pretende ante todo ayudar a los jóvenes padres para que adquieran seguridad en el trato con su hijo sano y enfermo. Además, está dirigido a educadoras y educadores, a las personas que trabajan en el cuidado de enfermos, así como a terapeutas y médicos que desean tratar los temas médicos y pedagógicos en conjunto.

La salud de un niño depende de la interrelación entre curar y educar. El cuidado de su cuerpo y alimentación es tan importante como el entorno cotidiano y la organicación del día a día. Para que un niño crezca saludable, no sólo es importante saber reaccionar ante un síntoma, sino también ser capaces de transmitirle valores fundamentales.

Esta guía médico-pedagógica propone, como complemento a la medicina convencional, remedios naturales para el cuidado de las enfermedades infantiles más comunes y aborda temas como los problemas escolares, los juegos y juguetes, los medios de comunicación e internet o la protección del medioambiente. Wolfgang Goebel y Michaela Glöckler, con una amplia experiencia en la práctica de la medicina convencional y antroposófica, ofrecen soluciones pedagógicas para superar las situaciones de conflicto con los hijos y apoyarles en su desarrollo.

Pediatría para la familia es un libro de referencia para padres, pediatras y educadores en Alemania, Suiza y Austria, y está traducido a varios idiomas.

En esta guía encontrará todos los recursos necesarios para el desarrollo integral de sus hijos.

Indice:

Las enfermedades infantiles y su sintomatología

Dolores
*de cabeza
*de dentición
*de oídos
*de ojos
*de garganta
*de pecho
*de vientre
*al moverse
fimosis, hidrocele, posición alta de los testículos
en torno a los primeros auxilios y la prevención de accidentes
La fiebre y su tratamiento
Problemas respiratorios
Vómitos diarrea y estreñimiento
Las manifestaciones cutáneas y las enfermedades de la piel
Predisposición a la reacción alérgica como reto médico pedagógico
Las enfermedades infecciosas conocidas
Las llamadas enfermedades infantiles y otras enfermedades contagiosas importantes
Sobre el sentido de la enfermedad
Problemas de enfermedad específicos
Prevenir las enfermedades y fomentar la salud. Tareas de la medicina preventiva
las vacunas preventivas
prevención de la caries dental

CONDICIONES FUNDAMENTALES PARA UN DESARROLLO SANO

Los primeros meses de vida
Del lactante al niño pequeño
La alimentación en la lactancia y en la infancia
El desarrollo del niño y el entorno social
Construir una familia

LA SALUD POR MEDIO DE LA EDUCACIÓN

La salud por medio de la educación
La educación como medicina preventiva
Trastornos del sueño y otras preocupaciones

domingo, 9 de enero de 2011

Escuela para nuestros niñ@s

Pedagogía Waldorf: el UNICO ENCUADRE PEDAGÓGICO que integra salud y educación como pilares en el desarrollo de los niñ@s.

Jardín de Infantes: una oportunidad para el juego creativo y el sano desarrollo de la fantasía.

Escuela Primaria: una oportunidad de que pensamiento, sentimiento y voluntad se desarrollen de manera armónica

Para más información, ingrese a:

ESCUELA SEMILLA DORADA.

Pedagogía Waldorf en el Oeste del Gran Buenos Aires

Olascoaga esquina Quequén, Hurlingham
Buenos Aires, Argentina

011 4665 2551 ♦ 15 3434 3407
secretaria@semilladorada.com.ar