sábado, 26 de agosto de 2006

15 minutos

Las mamás que trabajamos, disponemos de contados minutos para estar con nuestros hijos. EL rato de verlos es entre cacerolas y sartenes, y el baño diario y el orden de la habitación.
Las que estamos todo el dia con los peques, sentimos que estamos TODO EL DIA con ellos, pero si desmenuzamos la cosa, vemos que ellos anduvieron detrás nuestro durante toda la mañana y nosotras diciéndoles "esperá, ahora no, en un ratito." Luego llegó el momento de jugar, y sonó el teléfono y nos enganchamos media hora, y luego se hizo la hora de comer.

Los hemos bañado, les quitamos los piojos y los hicimos dormir la siesta.
Y llega la noche, y estamos hasta la coronilla de ellos.

Pero no hicimos contacto.

Los quince minutos consisten en esto:
Nos sentamos CON LA COLA EN EL SUELO (esto es FUNDAMENTAL). No vale estar en una silla más alta, ni en otra parte. Es a su altura.
Durante este rato, estamos con ellos, EXCLUSIVAMENTE. Esto es que no tendremos el pollo en el horno, ni atendemos el teléfono, ni les enseñamos cómo se juega al dominó. Estamos allí, para ellos, a disposición.
SI eligen hacer un trencito con el dominó, pues bien. Allá vamos.
Esto va para los recién nacidos, y para el adolescente de 15 años. El tema es que cuando nos disponemos a hacerlo, no damos cuenta del escaso tiempo que pasamos con nuestros hijos, de que creemos que estuvimos pero no estuvimos, y comprendemos cuán pacientes y tolerantes son, porque viven aceptando nuestras postergaciones. Claro que cuando se hartan de nosotros y nos lo hacen saber, los tildamos de "caprichosos" y listo. Maravillas del poder adulto, que acalla todo aquello que le estorba.



PRIMER TEMA: La mitad más una de nosotras diremos que no tenemos tiempo.
Y se los creo. Me incluyo.
Pero si sacamos cuentas, pasamos mucho más tiempo aguantando berrinches, o discutiendo, o intentando que ordenen sus cuartos, que se bañen o que colaboren en la casa. Y todo esto es mucho más fácil de lograr cuando ellos ya han tenido lo que necesitaban: a nosotras.


SEGUNDO TEMA: Es prácticamente imposible tolerar media hora allí. Simplemente intolerable.
Se nos ocurren 400 cosas para hacer, para anotar... Decimos "un segundito y vengo" y nos escapamos.
Es muy fuerte estar frente a este espejo que son nuestros hijos, simplemente no haciendo nada. Hagan la prueba, las invito!!!!


La consulta de moda son los niños con ADHD (que traducido es algo así como déficit de atención e hiperkinesia). Pero resulta que investigando, son niños que tienen que hacerlo todo "a mil" porque nunca nos tienen en exclusiva para ellos. Nos hablan rápido, juegan poquito rato y no pueden fijar la atención.
Y nosotros...cuándo fijamos la atención en ellos??

A mi, como mamá, la primera vez que me senté con la cola en el piso, me pasó que terminé llorando. Me angustié muchísimo.
Simplemente no podía estar allí, sin hacer nada. Necesitaba enseñarle algo a mi hija, o decirle cómo se jugaba, o intervenir. Me costó -y me cuesta todavía- dejarme llevar, que ellos propongan las actividades, a su manera. Ser uno más, y no su mamá o su educadora.

Estemos disponibles.

Con los más grandecitos (ideal cuando hay celos por el hermanito) es lindo salir a desayunar solos, o a la plaza, a donde sea, solos.

Ocurren maravillas.

Tratemos a los niños como nos gustaría que nos traten a nosotros.
Si nuestro compañero nos tratara así... si nos escuchara mientras se afeita o fríe milanesas... si no se detuviera a mirarnos a los ojos un rato largo... sentiríamos que algo no anda bien. Pues algo no anda bien en la forma en que criamos a nuestros hijos.

Para relacionarnos, necesitamos hacer CONTACTO.

A todos nos es más fácil aceptar que el otro haga lo que tiene que hacer, si ya hemos tenido "nuestro ratito". Los niños son seres humanos, y tienen la misma capacidad de comprensión desde que nacen hasta que mueren (F. Doltó)

Fuente

jueves, 24 de agosto de 2006

El saber de las mujeres

Hasta hace no muchos años la mujer embarazada contaba con un circulo familiar y social (madres, abuelas, tías, hermanas, vecinas, amigas,…) que la ayudaban en el proceso del embarazo, parto y posparto de una manera natural; muchas veces vivían en la misma casa, y el trabajo de la casa y el cuidado de los niños se repartía entre todas. Los hijos mayores veían amamantar a sus madres, a sus tías y, algunas hasta sus abuelas; crecían aprendiendo de forma natural el proceso de la lactancia y los cuidados al bebe. Así, la comunicación y el aprendizaje entre mujeres era tan natural como espontáneo.

Con el tiempo esta forma de funcionar ha ido cambiando, los cambios socio económicos, la incorporación de la mujer al mercado laboral, la postergación de la maternidad a edad mas avanzada de la mujer y las unidades familiares reducidas a la pareja y sus hij@s, y fragmentadas en función de las ocupaciones de cada uno; nos ha llevado a que la mujer se encuentre distante de la referencia de la madre o abuela, de esa comunicación y aprendizaje entre mujeres tan natural y saludable.
Esto, hace que la madre se sienta sola y después del parto cuando encara la soledad de criar a un hij@ sin ese apoyo, hace que se sienta distinta, a veces ausente, sin olvidarnos de cómo deben de contenerse unos padres sin esos aspectos familiares.
Sabemos que el sistema sanitario dispone de servicios para la atención de la mujer embarazada (educación maternal, consulta de control del embarazo), para el parto (hospitales y clínicas) y control del niño sano para el bebe; y profesionales: ginecólogos, matronas, pediatras...también “Doula” que asumen ese papel que antes hacían las mujeres de la familia de forma natural: ofrecen a la madre una ayuda tanto a nivel emocional como practico, con una actitud de respeto y amor a toda nueva relación familiar, lejos de los condicionamientos emocionales de la propia familia y de las presiones sociales.
La palabra “ Doula “ viene del griego y se utiliza hoy en día para denominar a una mujer que ayuda a otra, ofrece constante apoyo físico, emocional e informativo a la mamá en el embarazo, parto-nacimiento y posparto.

Una “Doula” ve el parto como una experiencia clave para la mujer ya que ésta la recordará toda su vida. Entiende la fisiología del parto y las necesidades emocionales de la mujer durante el trabajo de parto. Ayuda a la mujer y a su compañero para preparar y llevar a cabo sus planes para el nacimiento.
Se queda con la mujer durante todo el trabajo de parto para seguir apoyando en el nacimiento y las primeras horas de lactancia.
Observa el entorno para que la madre disfrute de bienestar, y proporciona un punto de vista objetivo sobre el proceso, ayudando a la mujer a obtener la información que necesita para tomar decisiones.
Facilita la comunicación entre los padres y los profesionales.
Visita y atiende a la mujer en el posparto para cuidarla, favorecer el desarrollo de la lactancia materna y observa la interacción con el bebé y con el entorno .
Es importante hacer hincapié en que la ”Doula” atiende y asiste a la madre, y así apoya a una mejor crianza con él bebé. Toda mujer bien sostenida, afectivamente comprendida y solidariamente escuchada, estará en buenas condiciones de ocuparse ella misma del bebé. La “doula” valoriza todas las sensaciones y considera la historia personal de cada mujer, la experiencia del parto, la realidad familiar, y social, el nivel de desarrollo personal, etc. Para que cada madre se encuentre en mejores condiciones de sostener, y nutrir física y emocionalmente al bebé recién nacido. La ”Doula” apoya en la díada madre-bebé, los acuna a ambos. Percibe su rol como el de la persona que nutre y protege a la mujer para que el recuerdo de la experiencia de la maternidad sea agradable.

Las “Doulas somos madres que hemos pasado por el proceso de ser madres y criar con el convencimiento de que hay otra manera de vivir la maternidad. Tenemos la información y formación que hemos descubierto en nosotras mismas, en nuestra maternidad y en la maternidad de otras mujeres, aprendemos de cada madre y cada bebé, de la lógica de la naturaleza y de cursos y talleres. Estamos al servicio de cada madre y de su mundo emocional particular. Aunque tengamos una profesión sanitaria o alternativa.
Debemos tener gran capacidad de escucha, un cuerpo dispuesto, tiempo y saber transmitir los conocimientos de todas las mujeres que confluyen en nosotras para ofrecérselo a la mujer que nace madre.

En países como Holanda, Alemania, Bélgica, Canada , Inglaterra, EEUU... la “Doula” es una figura profesional, reconocida y adaptada. Las estadísticas demuestran que la presencia de las “Doulas” en partos hospitalarios, en clínicas y en partos a domicilio dan: Partos más cortos y menos instrumentados, mejor interacción madre-bebé, mayor éxito de Lactancia Materna y menos depresión posparto. En nuestro país, nos encontramos en Andalucía, Cantabria, Cataluña, Madrid...
La aceptación de las “doulas” en los servicios de maternidad es un nuevo paradigma que ya se va reconociendo, por la importante colaboración que ésta tiene hacía el bienestar físico y emocional de la madre y el bebé. Puede ser muy enriquecedor, saludable, y productivo la colaboración entre matronas y “doulas” y demás profesionales del sector materno infantil. En este nuevo milenio que comenzamos deberemos ante todo y entre tod@s recuperar el saber ancestral de las mujeres, la colaboración entre nosotras, y mejorar la acogida de los bebes a este mundo ya que como todas sabemos la base de la sociedad del mañana son esos pequeños recién nacidos.

Contribuyeron en la realización del texto:
Lola Molina Regen (Monitora L.Leche -doula)
Laura Gutman (Pedagoga-doula)
Joni Nichols (Partera-doula)
Susana Olalla (Terapeuta Renacimiento -doula)
Podes visitar: web:
www.doulas.org

Aunque creo que este camino lo estoy transitando hace rato, mañana empiezo a caminar en él 'formalmente'.
Empieza mi formación para ser Doula.
Deséenme suerte :)

Agradezco a Susana Olalla, que me facilitó este texto, desde España.

lunes, 14 de agosto de 2006

Control

La semana pasada, a la hora de su siesta, y después de haberle cambiado el pañal para que durmiera sequito, Valen lloriqueaba porque se resistía a dormirse, aunque se caía de sueño.
En uno de sus “no quero nomí”, “no quero cotate”, me larga “quero pí, má, quero pí”.
¿Querés ir a baño a hacer pis? Pregunté. “Si, má, quero banio, pí”.
Vil artilugio, pensé, pero veamos. Fuimos al baño, le saqué el pañal, se subió solo al inodoro (me sorprendió mal. Casi no llega, y es muy gracioso como se sube poniendo primero las dos manitos y levantando la patita derecha como si se subiera a un caballo).
“Mirá eto, má, mirá eto”, (mirá ésto) me dice y larga el chorrito, y lo frena “¿Vite, má?” Bravo Valen (mis ojos más grandotes que el dos de oros), muy bien, vas a hacer más? “Si, mami, má” y así varios chorritos, cortaba, levantaba la vista y con una sonrisa de oreja a oreja repetía “Vite, má?”
Controla!!!!!!!! Pensé. Así un par de veces por día desde el jueves.
Así que anda bastante en pelotas por la casa (de vez en cuando hay que limpiar algún charquito), pero se siente lindo verlo crecer…
Y me gusta también sentir que no lo apuré, que lo esperé a que estuviera listo y mostrara él lo que necesitba. A pesar de que cumplió 2 en pleno verano, no mostraba ninguna señal, y un poquitín mal me sentía que Lula dejó los pañales a los 2 clavados y Valen ni pintaba...

Vamos despacio.
Usa el pañal pero cuando quiere me pide que se lo saque y va al baño, o anda desnudo. Total, la casa está calentita. Además, también pide que se lo ponga cuando tiene ganas. Por ejemplo para salir a jugar o cuando tiene sueño y sabe que es hora de dormir.
Estoy contenta…

Info sobre Control de Esfínteres. (Es un aporte de Gi)

Gracias Mariana por los consejos, todavía no le compré calzoncillos, pero le pongo unos calzones viejitos de la hermana. Total, nadie sabe que usa bombachitas rosas en a casa!!!!!

viernes, 4 de agosto de 2006

¡Primero las madres y los niños!

Quería compartir con ustedes esta editorial de la última Madrehayunasola!, porque me pareció más que interesante. Quizá parezca un poiquitín largo, pero toca varios de los temas que me interesan y enfocados desde una mirada que comparto.
Pasen y vean.

En una época de alta tecnología y aparatología puesta al servicio de la humanidad, pareciera que nos hemos olvidado de aquellas cosas más sencillas y de menor costo, pero tan necesarias para la formación de un niño.

Entramos en época de vacaciones de invierno y luego llega el día del niño. La voracidad de la publicidad ofrece múltiples propuestas para tentar al público consumidor, provocándonos stress y agobio entre las corridas de espectáculo en espectáculo sin poder disfrutar ninguno. Los niños terminan más estresados aún y con una creciente demanda de atención. Y ni hablar de nosotras, que no podemos parar con nuestra actividad y debemos hacer un ajustado e ingenioso cronograma de diversión para los chicos, sin descuidar nuestras obligaciones de “mujer moderna y liberada”.

Sabemos que los más pequeños necesitan de sus mamás, pero muchas veces debemos salir a trabajar sin poder elegir otro camino. Esto hace que muchas mujeres se sientan sobre exigidas, ya que no hay una legislación que le garantice a la mujer el poder retornar a su trabajo por lo menos 6 meses después del nacimiento de su bebé. La falta de posibilidades para salir del trabajo y poder amamantar a su bebé en el extenso horario de 8/9 hs. que dura su jornada, les provoca stress laboral y culpa por no poder continuar con el amamantamiento de su hijo, recomendado por todas las organizaciones de salud, hasta los 6 meses de vida en forma exclusiva.

La escasez de personas idóneas que puedan cuidar adecuadamente al bebé sin necesidad de salir de su ámbito, las largas jornadas laborales se sus progenitores, y la ausencia de abuelas o abuelos que cumplan su rol y colaboren en la crianza, hacen que los niños a muy temprana edad sean sometidos a ritmos estresantes y desestabilizadores. Y para colmo, a esto hay que sumarle una sociedad basada en el consumo, en la cual cada vez es más grande la oferta de artículos innecesarios para la temprana edad. Nos quieren confundir mediante costosas campañas publicitarias, incitándonos a una compra compulsiva. Sin embargo, nosotras mujeres, sabemos que nuestro hijo nos necesita a nosotros, sus padres. ¿Qué mayor estimulación para un bebé que la sonrisa de su madre; que la voz de su padre; que los cantos y los abrazos? Y ni hablar de la saturación de actividades que deben soportar a medida que van creciendo, producto de la oferta de inescrupulosos colegios que se han convertido en una fuente de dinero a expensas de niños agotados.

Por eso nosotros, los padres, formadores de cultura, estemos atentos a este niñito que está por nacer; o que ya nació y aún se encuentra indefenso en los brazos de su mamá; o aquel otro que ya anda corriendo por los pasillos del jardín. Estemos atentos y cuidadosos de todo lo que nos ofrecen; y no nos olvidemos que lo más importante para un niño es el tiempo amoroso que le podamos brindar. Eso es lo que quedará inscripto en ellos y no se perderá jamás.
Por eso es importarte fijarnos en la calidad y no en la cantidad de espectáculos que consumamos con nuestros hijos. Seguramente ante la amplia gana de ofrecimientos, podamos evaluar, de acuerdo a las características de nuestros pequeños y de nuestra propia forma de encarar la educación de los mismos, aquello que se ajuste más a lo que deseamos como padres. No nos olvidemos que es nuestra tarea y nuestro deber (y por qué no, nuestro placer) garantizarles cuidado, protección, amor, alimentación, educación y salud.

Lic. Silvana Mayer


Estoy estrenando conección de internet. Por ahora les cuento que no logro abrir comentarios de haloscan. No se de quien será el problema. Por lo demás, encuentro una pequeña diferencia en la velocidad, respecto a mi amada (ahora le decís amada, turra!!!) conección de fibertel, pero mucho mejor que el ciber del pueblo, eso ni hablar!

Hiupi, volví! Toy feliz (suenen pitos y matracas).

Pueden seguir con sus respectivos programas