lunes, 16 de agosto de 2010

Las cesáreas aumentaron en Capital casi un 30% en diez años

Diario Clarín, Buenos Aires, Argentina
07/08/10

En el país se hacen el doble de lo que recomienda la OMS. Un nuevo estudio del Colegio Americano de Obstetricia apunta a lograr más partos naturales.

PorGisele Sousa Dias

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) la cantidad de nacimientos por cesárea no debería ser superior al 15% de los partos. En sintonía con esta línea que busca reducirlas, el Colegio Americano de Ginecología y Obstetricia acaba de publicar un estudio que apunta a renunciar a la política “una cesárea, siempre cesárea”. Sin embargo, las estadísticas oficiales muestran que este tipo de partos siguen aumentando: en los hospitales públicos del país se hacen casi el doble de lo recomendado por la OMS. En los hospitales de la Ciudad crecieron un 29% en 10 años –los nacimientos crecieron un 15%– y en el ámbito privado se calcula que sólo 4 de cada 10 embarazadas tienen partos vaginales. El tema volvió a revolver el hormiguero: muchos obstetras sostienen que se practican cesáreas innecesarias “a demanda”, por comodidad y estética.

La conclusión del estudio del Colegio Americano de Ginecología y Obstetricia es que, quienes ya habían pasado por una cesárea e intentaron tener un parto vaginal tuvieron éxito hasta en un 80% de las ocasiones. Y que “el riesgo de rotura uterina fue menor al 1%”, señalaron en un comunicado.

“Si la mujer tuvo solo una cesárea anterior coincido en que, con controles más rigurosos, puede volver a intentar parir por vía vaginal”, explicó Mario Palermo, Jefe del Departamento Materno Infantil del Hospital Posadas. En su servicio, 6 de cada 10 mujeres lo logra. “Buscamos evitar las cesáreas innecesarias porque tantas cicatrices uterinas aumentan el riesgo de acretismo placentario, es decir, que la placenta se fije a las cicatrices y provoque hemorragias y muerte materna. Sin embargo, quien ya pasó por dos o más cesáreas sí tiene indicación precisa de otra cesárea porque el segmento uterino adelgaza y las contracciones lo pueden romper”, señaló.
Según la Dirección Nacional de Maternidad e Infancia del ministerio de Salud de la Nación, en los hospitales del país, tres de cada 10 nacimientos son por cesárea. En la Ciudad, un 26% de los 30.794 partos de 2009 fueron cesáreas. En el ámbito privado, representan un promedio del 60% de los partos.

Mario Sebastiani, obstetra del Hospital Italiano, plantea: “Cada vez que Estados Unidos ve aumentar las cesáreas, el Colegio y el Gobierno presentan la chance del parto vaginal después de una cesárea como un evento poco riesgoso... no vaya a ser cosa que se estén fijando en los costos económicos”.

Se calcula que una clínica factura el doble por una césarea que por un parto vaginal. “Factura más porque gasta más: una cesárea demanda más días de internación y más insumos. Además, las indicaciones no las hacen las clínicas sino los médicos, sino sería una asociación ilícita”, dijo Jorge Gilardi, obstetra y presidente de la Asociación de Médicos Municipales. Lo que gana un obstetra por una cesárea es similar a lo que gana por un parto: no más de $1.000.

¿Por qué se hacen cada vez más? “Por un lado, obstetricia es la especialidad con más juicios por mala praxis, por lo cual, ante el menor riesgo, muchos deciden hacer una cesárea. Por otro, el gran desarrollo de los exámenes de evaluación de la salud fetal permiten detectar problemas durante la gestación que muchas veces se resuelven con una cesárea. Además, la gran complejidad neonatológica nos permite planificar una interrupción de la gestación cuando hay un problema. Hoy se salvan bebés de 700 gramos”, dijo Miguel Huespe, jefe del Departamento Materno Infantil del Hospital Santojanni y prestador de OSDE.

En el ámbito privado se suman las cesáreas ‘a demanda’. Sebastiani explica: “Muchas de las mujeres de más de 30 años que enfrentaron los costos económicos y emocionales de una fertilización asistida eligen ir a cesárea por seguridad. Otras no quieren parir o que se les alteren los genitales”.

Miguel Larguía es Jefe del Servicio de Neonatología de la maternidad Sardá. Allí, el 24% de los partos son cesáreas, aun cuando asisten a una población de alto riesgo. “Lo que pasa en el ambiente privado es inaceptable. Se hacen porque las madres no quieren enfrentar el dolor y por la comodidad del obstetra. Todos sabemos que las cesáreas se programan los jueves y viernes para que les queden los fines de semanas libres”.

Para Huespe hay dos estrategias para disminuir las cesáreas. “Una es la elección de la primera cesárea: que no se haga por estética o comodidad sino por una causa obstétrica. La otra es que se puede intentar un parto vaginal sólo cuando pasaron al menos dos años de la cesárea anterior, si la incisión fue transversal (porque las longitudinales tienen más riesgo de rotura uterina en un trabajo de parto) y si el bebé no supera los 4 kilos. Lo importante es que ‘una cesárea’ no significa ‘siempre cesárea’.

Considero los dichos del Dr. Palermo una mera impresión personal, porque no existe fundamentación científica alguna que diga que con una cesárea previa se puede intentar un parto vaginal pero que con dos o más no. No siempre el segmento uterino adelgaza, cada mujer es única como su segmento uterino lo es! Tampoco son necesarios "controles rigurosos" para parir por vía vaginal con una cesárea previa... se indican los mismos controles que a toda mujer embarazada... El sistema médico argentino y su costumbre de meternos miedo a los usuarios!
Nota completa y más información, aquí.

jueves, 5 de agosto de 2010

"Desnaturalizados "


Bajo el lema de "Paso a paso hacia una atención humana del nacimiento y la lactancia" y en el marco de la Semana Mundial de la Lactancia Materna 2010 que estamos celebrando entre el 1 y el 8 de agosto, les comparto un artículo muy interesante de una psicóloga argentina.
(El resaltado en negrita es mío)



"DESANATURALIZADOS"

Seguimos recopilando indicadores que denuncian la manera en que hemos alterado nuestra naturaleza. La vida agitada, urbana, productiva y tecnológica viene atentando contra nuestra condición humana. Retomo para reflexionar el Boletín anterior dedicado al destete cuya temática -de apariencia femenina- involucra a todos. Confirmo con tristeza que en la Argentina el 78,4% deja de amamantar antes de los seis meses. Un tiempo que toda evidencia científica e intuitiva confirma que es demasiado pronto. No me detengo a profundizar excepciones ni casos individuales que justifican un destete temprano. Hablo del promedio. Surge una hipótesis y la comparto: el destete es un patrón vincular que da cuenta del apego con nuestras crías y cuando se vive de manera natural sienta bases de salud psíquica. Por el contrario, la manera en que se transita este proceso en la actualidad refleja una de las fuerzas que da origen a los padecimientos del hombre moderno.
Una vez más comprobamos que estamos intervenidos. No tenemos paciencia para respetar nuestros ritmos vitales. Cuesta vincularnos y sufrimos una alta tasa de "desnaturalización" que nos enferma.
Somos testigos de la intervención por todos los costados. En lo superfluo y en lo hondo: ecosistemas, nacimientos, pómulos y labios. Nos hemos dejado intervenir hasta en nuestros procesos más fisiológicos. Nos cuesta parir (el índice de cesáreas es francamente aterrador) y ni mencionar vivir conectados a nuestros ritmos internos. Somos cada vez más pobres para disfrutar de lo gratuito, y la vida es cada vez más cara.
Volviendo al destete, escuchamos incontables historias de mujeres boicoteadas para abandonar la lactancia. Falta de apoyo o simple desinformación. Infundados consejos médicos y psicológicos en nombre de la independencia, perversos intereses económicos de las leches artificiales, escasos modelos de maternaje con apego. Mujeres que pierden su poder y su derecho a dar la teta hasta que tengan ganas. Familias forjadas a entrar rápido al sistema mercantil perdiendo la gratuidad de la leche materna. Y el riesgo que supone la interrupción de ese fluido vivo que nos mantiene conectados piel a piel, haciendo gala de nuestra condición mamífera. Podemos imaginar las primeras comunidades de hombres, y saber que la lactancia materna fue lo que mantuvo viva a la especie generación tras generación. Hoy pensamos que podemos prescindir o sustituir esta primera ligazón con tetina plástica y leche de vaca o cabra premium. Una madre primeriza preguntaba cual era la mejor leche para comprar para su bebé. La tuya. Buscamos afuera, y está adentro. El destete es un proceso que lleva tiempo, y eso es lo que menos tenemos. Requiere respeto, escucha y estar atento a las necesidades de nuestros hijos. Cómo nos cuesta! Se ve claramente una falta de cultura de amamantamiento en las grandes urbes y cuesta integrar maternidad con trabajo. Sin embargo, hay un grupo de mujeres que están trazando un nuevo surco.
Planteo un escenario con tono dramático pero al mismo tiempo algo esta pasando y se empieza a mover. La fuerza del péndulo que equilibra. Un impulso que viene desde bien adentro y se manifiesta en diferentes voces y acciones. Se palpita por ejemplo en la cantidad de movimientos que revalorizan una vuelta a lo "natural" (ecología, alimentación orgánica, parto respetado, lactancia materna etc.) y en la toma de conciencia individual de que así no podemos seguir viviendo. Si continuaron leyendo hasta aquí imagino que pueden estar sintiendo algo parecido.

Lic. Carolina Gowland
Psicóloga
carolinagowland@gmail.com