martes, 21 de octubre de 2008

EL ROL DE LA DOULA EN EL PARTO

Por Verónica Valdés, Médico Universidad Católica de Chile y Doula voluntaria del programa “Hearts & Hands”, Universidad de California, San Diego.

Cuando los partos ocurrían en la comunidad, y no en hospitales, las mujeres eran constantemente acompañadas por otras mujeres durante el trabajo de parto, parto y postparto.
Al trasladarse los partos al hospital, este importante componente fue eliminado y por mucho años, las mujeres han debido tener sus partos con el apoyo esporádico de diferentes miembros del equipo de salud. Solo en las últimas décadas, se ha ido permitiendo la presencia del padre en el parto, pero ésta aun no es una práctica universal. Aun ahora, son pocas las mujeres que son acompañadas permanentemente por una mujer que le ofrece apoyo emocional continuo.

Existen estudios antropológicos de 128 culturas de cazadores recolectores o agrícolas, donde 127 cuentan con el apoyo emocional de otra mujer durante el parto (Klaus MH, Kennell JH, Klaus, PH, 2002).

La palabra Doula es en griego una mujer que sirve a otra, pero hoy se utiliza para referirse a una mujer experimentada en parto, que acompaña a la futura madre durante el trabajo de parto y parto, ofreciéndole información, y apoyo continuo, en aspecto físico y emocional, sin la responsabilidad del quehacer clínico. Ella observa, evalúa el estado emocional y responde a éste con palabras delicadas, elogia, destaca progresos, sugiere cambios de posición o movimientos, masajea las partes tensas, ofrece sugerencias a la pareja o familiar, ofreciendo un ambiente de intimidad, seguridad y tranquilidad.

El valor de la doula reside en que puede cambiar la percepción de lo que se vive. Se preocupa de que la mujer tenga un buen recuerdo de su parto.

Desde hace más de 25 años, Klaus y cols. (Klaus MH, Kennel JH, Klaus, PH, 2002) han observado e investigado qué ocurre con la presencia de una mujer que ofrezca "apoyo emocional continuo" durante el trabajo de parto y parto. Hasta la fecha se han observado más de 6000 mujeres en 17 estudios randomizados controlados (ERC) que muestran reducción de la duración del trabajo de parto, de la necesidad de anestesia o analgesia, de la incidencia de cesáreas, de la necesidad de aceleración con ocitocina y una mayor incidencia de partos naturales.

La doula ofrece apoyo incondicional, felicitando a la mujer por sus logros, uno a uno, sin juzgar. Se atreve a tocar, sostener, caminar, masajear, según lo que sea cómodo y aceptable a la madre y usa las palabras en forma positiva, con mucha delicadeza y cuidado.
El rol de la doula es solo ofrecer apoyo emocional, estar presente en todas las necesidades de esa mujer para permitirle ser la protagonista en ese momento crucial de su vida de manera que esta sea una experiencia positiva (Valdés V & Morlans X, 2005)

Si bien la literatura muestra toda una gama en la variedad de Doulas, la capacitación de estas se centra en la aceptación incondicional de la mujer, el cuidado con el lenguaje, siempre usando palabras positivas, pudiendo usar técnicas de relajación.

La doula también aprende técnicas para el manejo del dolor como masajes, presopuntura, movimientos que ayudan a la movilización del feto por el canal del parto y manejo del ambiente (nivel de luz, aromas, música). En situaciones con presencia de muchos familiares, es la Doula quien privadamente consulta a la madre si necesita regular las visitas, la que muestra al padre u otros acompañantes cómo ayudar y respetar a la madre (Klaus MH, Kennel JH, Klaus, PH.2002). La Doula se compromete a permanecer con la madre hasta finalizado el parto, independiente del tiempo que dure. Esta certeza le ofrece a la mujer la confianza para vivir el proceso del parto más relajadamente, para poder entrar en un estado de trance hipnótico a través del ritmo y el ritual, situación que favorece la acción de las hormonas del parto.

El rol de la Doula es el de confiar en la naturaleza de la mujer y del parto. Su papel es solo estar ahí, acompañar a la mujer en lo que ocurra, confiando en el equipo de salud, no tomando decisiones, sino solo siendo testigo del evento del parto.

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