domingo, 2 de agosto de 2009

FALSEDADES COMUNES QUE AFECTAN LA LACTANCIA MATERNA EN EMERGENCIAS

MITO: “Las madres desnutridas no pueden amamantar”.

HECHO: Las madres desnutridas pueden amamantar. La
desnutrición moderada materna casi no tiene efecto sobre la
producción de leche. De hecho, la madre va a continuar
produciendo leche a expensas de las reservas de su propio cuerpo.
Necesita entonces, líquidos y comida extra y micro-nutrientes para
aumentar sus propias defensas. También precisa apoyo y estímulo
para que amamante frecuentemente.

SOLUCIÓN: Alimento, cariño y apoyo para la madre y permitirle
amamantar a su bebé.


MITO: “El estrés impide que las madres produzcan leche”.

HECHO: El estrés no inhibe la producción de leche pero puede
interferir temporalmente con su flujo. Las madres que
amamantan tienen hormonas de estrés muchos menores que
aquellas que no amamantan.

SOLUCIÓN: Crear condiciones para que las madres tengan el
menor estrés posible: áreas protegidas, sitios especiales para las
madres y sus bebés, apoyo mutuo entre mujeres, no separar a las
madre de sus bebés, escuchar las necesidades especiales de las
madres, y lograr que bebés, niños y niñas se mantengan
succionando para que el flujo de leche continúe.


MITO: “Una vez que una madre deja de amamantar, no
puede recomenzar”.

HECHO: Una madre puede recomenzar a amamantar (relactación)
en cualquier momento. En algunos contextos, las abuelas han
amamantado a sus nietos y nietas .

SOLUCIÓN: Ofrecer apoyo a la Lactancia Materna y a la relactación.


MITO: “Cuando una mujer ha sido violada, no puede
amamantar”.

HECHO: La experiencia de la violencia no daña directamente la
Lactancia Materna o la habilidad para amamantar.

SOLUCIÓN: Todas las mujeres traumatizadas necesitan atención
especial y apoyo. Pueden existir prácticas tradicionales que
restauran las capacidades para amamantar de las mujeres después
de un trauma sexual. La Lactancia Materna puede muchas veces
ayudar a la mujer a sanar su trauma sexual pero respetar y apoyar
sus decisiones es la prioridad.


MITO: “Las madres VIH positivas nunca deben amamantar”.

HECHO: A no ser que el reemplazo total de la Lactancia sea
aceptable, factible, asequible, sostenible y seguro (AFASS por sus
siglas en inglés), la lactancia materna exclusiva durante seis
meses de vida es la opción más segura y abre la mayor oportunidad
para la supervivencia infantil sin VIH. En casi todas las
emergencias es imposible que se den las condiciones AFASS.
Después de los 6 meses, si aún no se dan estas condiciones, la
mejor opción es la Lactancia Materna continuada con introducción
de alimentos complementarios adecuados . El riesgo de la
transmisión postnatal se logra reducir con drogas antiretrovirales
para las madres y/o sus bebés. Durante los primeros seis meses de
vida, la alimentación mixta (combinación de Lactancia Materna
con fórmula, o muy temprana introducción de alimentos
complementarios) es el mayor riesgo ya que incrementa las
posibilidades de transmisión del VIH y las infecciones por otras
causas, y las diarreas.
Cuando el estatus VIH de la madre individual es desconocido, las
prácticas de alimentación óptimas son las mismas que para la
población infantil en general, independientemente de la
prevalencia del VIH en la localidad.

SOLUCIÓN: Para guiar y programar sobre VIH y alimentación
infantil en emergencias visite www.ennonline.net y el sitio

www.waba.org.my

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