jueves, 12 de octubre de 2006

El útero o corazón arcaico (Parte 2)

LA FISIOLOGÍA DEL PARTO

Un animal crece a partir de una sola célula, un zigoto que crece hasta hacerse un embrión. Este proceso requiere una protección especial, porque el zigoto/embrión no puede dársela a sí mismo. Las especies animales que no se dotaron de una protección adecuada, no prosperaron. Una vez más, una forma de simbiosis entre dos seres vivos resuelve el problema de la conservación y regeneración de la vida. Los huevos de las aves tienen una protección, una cáscara de calcio que no puede ser más dura y proteger más de lo que hace, porque, dado que se trata de una estructura ovoidea herméticamente cerrada, el embrión mismo tiene que poder romperla cuando llega el término: esto, la salida, determina su fragilidad. El invento de los mamíferos es sorprendente, como todo o casi todo en la evolución de las formas de vida. La madre guarda dentro de sí el óvulo fecundado en lugar de expulsarlo y lo protege al tiempo que se protege a sí misma, con su movilidad, su propia nutrición, etc. Pero debe resolver la contradicción entre la consistencia de la envoltura protectora y la salida del embrión de dicha envoltura en su debido momento. La contradicción la resuelve el tejido muscular: fuerte y a la vez elástico y flexible, conectando con el sistema nervioso de la madre, y formando una bolsa con una puerta de salida que puede cerrarse y abrirse. Una articulación (la neuromuscular) puesta a punto para la locomoción, bombear la sangre (el corazón es tejido muscular), etc., combinando el sistema nervioso involuntario y el voluntario. Aquello que nuestro organismo debe ejecutar sistemáticamente (el bombeo de la sangre, la respiración, la digestión cuando llega alimento al estomago) se realiza automáticamente por el sistema nervioso involuntario; pero aquello que sólo se realiza en momentos determinados, como correr para cazar, coger un fruto de un árbol, requiere la actuación del sistema nervioso voluntario, seguramente siempre en conexión con el sistema nervioso involuntario: los engranjes neuromusculares realizan su cometido a la perfección.
Entonces intervienen los sentidos: la percepción sensorial indica cuándo el sistema nervioso voluntario debe ponerse en marcha. Los sentidos en su origen, antes del desarrollo cultural que los recrea, están al servicio de la conservación de la vida: el gusto, la vista, el oído, el tacto, el apetito, et. El deseo sexual, al igual que el deseo de comer, tiene ese origen.
La reproducción en los mamíferos tiene involucrada una sensibilidad especial, una inducción de tipo sensitivo que pone en marcha un sistema de producción de hormonas (la oxitocina del orgasmo y del parto es una de ellas) para realizar las funciones sexuales reproductivas. Esta inducción sensitiva es lo que llamamos instinto, o en los humanos, deseo sexual. Por ejemplo, las cerdas sólo eyaculan leche de sus mamas cuando son estimuladas por la succión del lechón. No es una producción continua, sino una serie de eyaculaciones sucesivas a la estimulación. Si alguien entra en la cochiquera y distrae a la cerda, deja de hacerlo. Hemos visto parir a una gata varios gatitos. Cuando terminaba de lamer la bolsa y de comerse la placenta de un gatito, reactivaba las contracciones para expulsar al siguiente. Como si pudiese controlar de modo voluntario las contracciones uterinas.
Unos versos mesopotámicos del tercer milenio a.c. nos dan a entender que los humanos de los tiempos en los que las mujeres parían sin dolor, tenían también el útero en el sistema nervioso voluntario:

Ninhursaga, única y grandiosa,
contrae la matriz;
Nintur, que es una gran madre
desencadena el parto.

¿Qué mejor invento podría hacerse para tener seguro al embrión y para que salga cuando llegue el término, que la fuerte, dúctil y elástica bolsa uterina, con su cuello que cierra firmemente y es a la vez capaz de abrirse? En este contexto situamos las contracciones uterinas para dilatar el cuello. Ahora bien, no es lo mismo mover un músculo contracturado, rígido, que está medio atrofiado por no ser usado, que mover un músculo distendido y que es utilizado habitualmente. Actualmente parimos con el útero rígido, sin elasticidad, medio atrofiado y sin que el deseo estimule la producción de oxitocina. Por eso duelen también las reglas.
La sexualidad en la que nos educan es la sexualidad de un cuerpo despiezado, escindido en “cuerpo” y alma. Lo que llamamos “cuerpo” es en realidad el subproducto de un cuerpo despiezado y en buena medida desvitalizado. La clave de esta escisión es “la ruptura psicosomática entre la conciencia y el útero”, como dice J.Merelo Barberá.
El “cuerpo” que la mujeres creemos que tenemos, es un cuerpo al que le ha sido arrebatado el órgano central de su sistema erógeno; es un cuerpo sin útero, con un sistema erógeno que comprende sólo vagina y clítoris.
Y todo esto, establecido por la Ciencia; porque cuando la sexualidad fue abordada “científicamente” en el siglo pasado, la sexualidad femenina que se definió fue la de un cuerpo castrado, devastado, despiezado; sometido y explotado: una sexualidad falocrática, vaginal y/o clitoridiana. Aunque algunos llegaron a reconocer que había algo “indefinido” en la sexualidad de la mujer (Groddeck), que era un “continente negro” inexplorado y desconocido (Freud al final de su vida, Lacan). ¡Y tan desconocido!
¿Y qué ocurre realmente con la verdadera líbido y anhelo de la mujer?. El deseo se reprime, se sublima en amores románticos y espirituales, se manipula y, finalmente, lo que queda después de toda esta descomposición, se orienta hacia el falo, dejando un rastro de enfermedades psicosomáticas que prueban la quiebra de la autorregulación de la vida: partos traumáticos, histerias, depresiones post-parto, falta de leche, dolores menstruales, etc.
Pensemos en nuestro útero inexistente; en nuestro tejido muscular uterino. Y pensemos en que si una simple inmovilización durante algún tiempo por una escayola requiere después ejercicios de rehabilitación para que el tejido muscular se recupere, ¿qué sería, por ejemplo, de un brazo que hubiese permanecido inmovilizado durante toda la vida porque no sabíamos que teníamos ese brazo ni para que servía? Y si quisiéramos utilizarlo, nos encontraríamos con unos músculos que habrían perdido su elasticidad, rígidos y contracturados. Y como todo el mundo sabe lo que duele un calambre, podemos entonces entender los dolores de la dilatación del cuello uterino en nuestra sociedad. Es significativo que en el Génesis se diga “parirás con dolor”, como algo nuevo que iba a ser y que antes no era.

11 comentarios:

JENNY dijo...

Lo cierto es que las mujeres somos un misterio ... cada una siente las cosas a su manera. Lo que pones del útero me deja boquiabierta, la verdad es que nunca me había conscientizado respectoa ese músculo.

Como siempre muy educativo e interesante lo que publicas!

Anónimo dijo...

ufa me estas matando con estos post!

silvi a. dijo...

No se nada del tema, lo guardo para cuando sea, si es que se me da.
Te dejo un beso grande, Turca!!!

Uninvited dijo...

Ahá... creo que entiendo.
Las chicas tienen que ejercitar el útero como quien hace abdominales o dorsales, de la misma forma que se les recomienda a los chicos ejercitar los músculos púbicos porque no se que cosa con la próstata (debo instruirme, se que estoy cerca de los temidos controles :S)

La pregunta es: cómo?
Es lo que me estoy imaginando?
Entendí bien?
A c(piiip)r que se acaba el mundo? :P

Conteste, no se haga la osa!

Más allá de la joda... seguimos tomando apunte.

(espere profe! no borre, no borre!)

giselisima dijo...

GUAU, SUPER INTERESANTE!!!

CAMBIANDO DE TEMA POL NEIMAN ESTÁ SUPER INTRIGADO DE QUIEN SOS, JAJAJAJA
BESOS.SOBRE TODO POR QUE ALGUINE SE ACUERDA QUE ALGUNA VEZ TUVO PELO...

Caracol dijo...

Pero, Guacha !!!!
Después de mi sesudo (o era pseudo ?)comentario en el post anterior, no hubo reacción.
Ya mismo vengo con una escuela divergente y opositora a los ñu-ñu y se arma la rosca.

Gaby dijo...

Qué buen post...a mí me gusta ser mujer a pesar de las incomodidades!!
Abrazos

Anónimo dijo...

Firmo el comentario de Conejita. Es buenísimo que publiques estos posts, Turqui. No me voy a cansar de decir cuánto se puede aprender.

En cuanto a lo del Génesis, es significativo en el contexto de la inferioridad a la que sumieron y sumen a la mujer las grandes religiones.

Besos y gracias, como siempre.

giselisima dijo...

Turca PERDÓN!!!Pero mi comentario de mi conocido no era para vos.PERDONNNNNNNN!!!
Gracias por visitar el blog

Tama dijo...

Hace dos mese he tenido un hijo y aun no me termino de creerme q saliera de mi, q sea parte de mi y de su padre, q se engerndrara dentro de mi, es impresionante!

Anónimo dijo...

Que lindo tu blog, che!

Vuelvo despues.