... o de cómo educar en casa y no morir en el intento!
Esta mujer me despierta una gran admiración... Si bien educo a mis hijos acompañada por la pedagogía Waldorf, lo que implica mucho respeto por la individualidad de cada niño y libertad en sus elecciones, ojalá tuviera el ejercicio de la voluntad de Paloma!
Copio parte del relato de uno de sus días que me ha dejado boquiabierta por su entrega, dedicación y persistencia!
Antes de que los relojes ordenaran a la gente cuándo trabajar, cuándo descansar e incluso cuándo jugar, las personas miraban el sol y las sombras, los signos naturales y cíclicos (el sol, la luna, las estrellas, las estaciones)
Durante muchos siglos la visión del mundo era orgánica. Las gentes vivían en comunidades pequeñas y estaban muy ligadas a la tierra. Veían la luna llena, sabían cuándo la yegua estaba por parir...
No puedo decir que nosotros vivamos de ese modo, ojala!!!!! pero si es verdad, que el hecho de estar en el campo, el no tener apenas ninguna obligación fuera de casa, el que los peques no estén escolarizados y que yo "no trabaje", ayuda bastante a vivir de una manera un poco mas natural, que la mayoría de los mortales de nuestra época (a eso se deben referir los que nos clasifican a los homeschoolers como élites)
Apenas tenemos necesidad de utilizar el reloj y vivimos las jornadas, de maneras muy diferentes según las estaciones, el tiempo y el estado anímico de los integrantes de la familia. Hasta ahora, cada dos años ha llegado un bebé a nuestro hogar y entonces todo ha tenido que ir re organizándose, de acuerdo a las necesidades del recién nacido.
Por ello voy a contaros lo que suele ser un día en casa, de los que estamos viviendo ahora mismo, en otoño, con un bebé de un año y cuándo me encuentro yo sola, con los cuatro benjamines, sin ningún tipo de ayuda.
Ni los niños ni yo usamos despertador, el papá de momento si. Mis dos hijos mayores suelen despertarse mas bien pronto y los dos pequeños a veces aguantan un rato mas en la super-cama familiar. Cuándo Salvador y Gabriel se despiertan van rápidamente al salón y suelen ocupar sus primeros momentos del día, mirando libros arropaditos en el sofá y en otras ocasiones jugando relajadamente. En seguida salgo de la cama y aprovecho ese paréntesis de silencio, para leerles en voz alta, todavía con legañas en los ojos y en pijama los tres...
Pero ya sabemos que "la alegría en la casa del pobre dura poco" por lo que, enseguida sale Micael y mientras sigue adormilado podemos continuar la lectura, pero en cosa de minutos se activa y ya no para de hablar y preguntar hasta que nos acostamos. Por lo que preparamos el desayuno, desayunan ellos en la mesa "tranquis", se visten y si tengo la suerte de que el bebé sigue en brazos de Morfeo, a la velocidad del rayo y como si me persiguiese un toro engullo un vaso de leche y aprovecho para hacer todas esas cosas que no me gustan demasiado, pero que son necesarias para que la casa siga en pie y no sea demasiado caótica. Barro, preparo la comida, hago el pan, pongo una lavadora, repaso un baño, destrasteo un poco, enciendo o mantengo la chimenea, respondo al bombardeo de preguntas que me seguira todo el día ...Si mi Samuel está entre nosotros, pues lo mismo pero con él encima, lo cual le divierte muchísimo, pero mis riñones y mi espalda echan chispas.
Los mayores recogen el desayuno y hacen las camas, siempre con una sonrisa de oreja a oreja y sin protestar ¿alguien se lo cree? mientras yo amamanto al bebé o a Micael, les visto etc, etc. Y es entonces cuando solemos ponernos con el trabajo mas intelectual, alrededor de la mesa o encima de ella o en el suelo o donde podemos. Solo Salvador tiene "obligaciones" los demás se pueden unir (frecuentemente lo hacen) y si no, tienen que jugar a algo tranquilo que no altere el clima de "estudio". En otra entrada expuse cuál era nuestro currículo por lo que no voy a dar mas detalles sobre ello. Esta actividad dura mas o menos (generalmente la duración es escandalosamente breve), según el tiempo que haga fuera, o el ánimo que tengamos, la actitud, las ganas de trabajar etc.... Si llueve o hace excesivo frío para salir , tal vez nos ponemos a colorear mandalas, a trabajar en diferentes proyectos que tenemos entre manos, algo de lectura en voz alta, hacemos un taller de barro, sacamos pinturas y pinceles, y estoy deseando retomar nuestras maquetas, nuestra casita de muñecas que empezamos hace casi tres años..uf!!!Si el día es bueno, en seguida preparamos todo para irnos al campo, y si tenemos alguna obligación casera,nos quedamos en el jardín, en el huerto, damos de comer a las gallinas (las pobres cualquier día morirán por falta de cuidados), trasplantamos, podamos o simplemente barremos las hojas.
Comemos mas bien tarde y después de recoger como puedo (a veces no lo logro) un buen rato de lectura. Una o dos veces por semana les pongo algún documental o dibujos animados, sobre todo en invierno y otoño. De momento considero que son demasiado pequeños para pasar mas tiempo delante de pantallas.
Por la tarde y ahora que los días son tan cortos...pues depende... de si tenemos algún cumpleaños, quedamos con alguien, viene a casa algún niño o vamos nosotros a la suya. La verdad es que en invierno no ven tantos niños como en verano, pero tampoco me lo demandan, al fin y al cabo tienen con quien jugar. Un día a la semana, Salvador va a catequesis, y luego pasamos el resto de la tarde en la biblioteca, les dejo elegir los cuentos que quieren cada uno y salimos con dos bolsas llenas de libros que llevo yo colgadas de las orejas, en la cadera Samuelillo y con la mano que me queda libre cojo a Micael. Y todavía me preguntan que cómo hago para estar tan delgada, ja,ja...
Otra tarde en semana viene una vecina, amiga de todos, que se acaba de jubilar y se ha ofrecido para darles clase de música a los chicos...y además es licenciada en químicas, con lo cual aprovechamos para hacer un experimento científico cada día que viene (que en realidad es lo que interesa a los niños, lo del solfeo no se yo cuánto futuro tiene...pero me temo que poquito).
En cuanto llega papá del trabajo, me toma el relevo y juega con ellos o les lee mientras yo me "escondo" en la cocina, me doy una ducha, organizo la comida del día siguiente, o hago todo aquello que no he podido hacer durante el día...
Seguir leyendo en su blog... Vale la pena!
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