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viernes, 16 de agosto de 2013

Cómo hablar con tu hija sobre su cuerpo

Primer paso sobre cómo hablar con tu hija sobre su cuerpo: no hables con tu hija sobre su cuerpo, salvo para enseñarle cómo funciona.
No le digas nada si adelgaza. No le digas nada si engorda.
Si crees que tu hija tiene un cuerpo espectacular, no se lo digas. Aquí tienes algunas cosas que sí le puedes decir:
"¡Se te ve muy sana!" es una frase genial.
O también "¡Qué fuerte estás!"
"Se nota lo feliz que eres: ¡estás resplandeciente!"
O mejor todavía, hazle un cumplido sobre algo que no tenga nada que ver con su cuerpo.
Y tampoco digas nada sobre el cuerpo de otras mujeres. Nada. Ni una sola palabra, ni buena ni mala.
Enséñale a ser amable con los demás, pero también consigo misma.
Ni se te ocurra comentar cuánto odias tu cuerpo delante de tu hija ni hablar sobre tu nueva dieta. De hecho, no hagas dieta delante de ella. Compra y cocina productos saludables. Pero no digas nunca: "Voy a dejar de tomar carbohidratos durante algún tiempo". Tu hija no debe pensar que los carbohidratos son malos porque si te avergüenzas de lo que comes acabarás avergonzándote de ti misma.
Anima a tu hija a correr porque así se libera estrés. Anímala a subir montañas porque no hay un sitio mejor para explorar la espiritualidad que en la cima del mundo. Anímala a hacer surf o escalada o a montar en bici de montaña si son cosas que le dan miedo porque a veces es bueno enfrentarse a los temores.
Haz todo lo posible por que le guste el fútbol o el remo o el hockey porque el deporte le ayudará a ser una mejor líder y una mujer más segura de sí misma. Explícale que, independientemente de la edad que se tenga, el trabajo en equipo es siempre necesario. Nunca le hagas practicar un deporte que no le encante.
Demuéstrale a tu hija que las mujeres no necesitan a ningún hombre para cambiar los muebles de sitio.
Enseña a tu hija a cocinar verduras.
Enseña a tu hija a hacer pasteles de chocolate con mantequilla.
Pásale la receta de tu madre del roscón de reyes. Incúlcale tu pasión por el aire libre.
Quizás tanto tú como tu hija tengáis unos muslos o un tórax anchos, y pudiera resultaros fácil odiar estas partes del cuerpo. Ni se te ocurra. Dile a tu hija que con sus piernas puede correr un maratón si así lo desea, y que el tórax no es más que el armazón de unos pulmones fuertes y que si quiere, puede gritar, cantar y animar al mundo entero.
Recuérdale a tu hija que lo mejor que puede hacer con su cuerpo es usarlo como un vehículo para transportar su preciosa alma.

Este post apareció originalmente en hopeave.wordpress.com

sábado, 27 de julio de 2013

Maternar en Tribu

Les presento esta genial revista que va por su edición Nro. 4!
Desde el Oeste del Gran Buenos Aires hacia todo el país, y el mundo!
Con ustedes....
Maternar En Tribu!

viernes, 15 de abril de 2011

EN BRAZOS: la importancia del contacto físico y del apego

Biberones, chupetes, cochecitos, cómodos sillones regulables, adaptadores para el auto y la bicicleta, cunas transportables, desarmables, sofisticados accesorios con sonidos, colores, formas…sin duda alguna la industria ha diseñado todo tipo de implementos para transportar, alimentar, dormir, entretener y estimular a nuestros bebés. En unas pocas décadas se nos han vuelto necesarios, imprescindibles. Se han ligado indisolublemente a la imagen del bebé sano y feliz. De algún extraño modo hemos conseguido que hoy, un bebé que no usa chupete, que toma el pecho o va en brazos de su madre sea la excepción y no la norma. Es tan inusual, que quienes optan por una crianza con apego y con respeto por las necesidades de los bebés, se ven amenazados por toda clase de teorías y condenas que aseguran que su hijo no está sano y que, de no intervenir a tiempo, las consecuencias serán muy graves. Brazos, ¿hasta cuándo? La mayoría de los bebés comienzan a andar alrededor de los 12 meses de vida. Dan unos pocos pasitos y la familia contenta celebra que “ya camina”. Sin embargo, pasarán aún un largo par de años hasta que este niño que hoy a tientas logra mantenerse unos segundos en pie, pueda caminar sin perder el equilibrio, correr, sostenerse en un solo pie, retroceder, detenerse de pronto. De modo que caminar, lo que se dice caminar, es algo que se aprende completamente pasados los 3 años de vida. A pesar de esto, todos sabemos que aún luego de esa edad, los niños se cansan con gran facilidad y piden brazos. O sea que desde el aspecto físico, los niños necesitan ser cargados en brazos por lo menos para trasladarse de un lado hacia otro hasta que estén en condiciones plenas de hacerlos por sí mismos. En la práctica, nuestros hijos piden brazos por muchos otros motivos además del que acabamos de mencionar: al estar cansados, con sueño, cuando se lastiman, se asustan, se intimidan, se cansan de mirar el mundo a la altura de rodillas y patas de las mesas, e incluso por motivos que sólo ellos conocen. En estos casos, nunca falta una tía (con las mejores intenciones, claro), una suegra, una vecina o incluso una perfecta desconocida, que se siente en el deber de alertarnos: “lo vas a malcriar”. Esta sentencia abre varias cuestiones que podemos analizar. La primera de ellas es la creencia de que estar en brazos es algo que no debe ocurrir, y desde luego NUNCA en una “buena” crianza. Es algo malo, que se hace para darles el gusto a los hijos, y parece imposible que para los papás resulte placentero o lo disfruten. Otra cuestión interesante es la idea de que si le das algo a tu hijo que le gusta, luego nunca dejará de pedirlo. Parecería que los bebés fueran adictos en potencia, que una vez que satisfacen sus necesidades con algo, no podrán dejar de pedir más. Personalmente, no he visto niños con problemas para dejar el cochecito o la sillita del auto cuando están maduros para ello. Y tampoco niños de 10 años pidiendo ser alzados en brazos. En algún momento de la evolución, simplemente dejan de pedir lo que ya no necesitan. Las edades que tomamos como referencia para el desarrollo de nuestros hijos, están puestas de un modo arbitrario y no coinciden con la realidad por mucho que intentemos forzarlos. Otro mensaje que se desliza en estas sentencias es que el niño no necesita estar en brazos, lo pide sólo para molestar, o por capricho, o porque nos “tomó el tiempo”. Evolutivamente, un niño de tan corta edad, no tiene capacidad de elucubrar un plan tan especulativo, ni puede aprender el concepto de tomar ventaja, de aprovecharse de los demás. Las cosas para ellos son más simples: me siento cansado, triste, inseguro, y busco refugio en el lugar que me da más tranquilidad, junto al corazoncito de mamá, entre sus brazos, acurrucado. La intención es clara y sencilla: pido aquello que necesito”. “Un aspecto fuerte dentro de quienes desaprueban el contacto estrecho con los bebés o la satisfacción de sus necesidades, es el fantasma de la dependencia que le generará al bebé estar en brazos, tomar teta, compartir la cama con sus papás, etc. Veamos un poco de dónde surge esta idea. El apego Esta dependencia de la que venimos hablando, tiene un nombre en la literatura psicoanalítica, se llama apego. El apego es la capacidad de formar y mantener relaciones. Como el ser humano vive en comunidades y es interdependiente de los otros seres humanos, es importante que aprenda desde pequeño a establecer lazos con los otros, y para preservar la especie, éstos deben ser estrechos y estables. Estos lazos otorgan bienestar, seguridad, consuelo, placer… Y la amenaza de pérdida del objeto al cual nos hallamos apegados, provoca ansiedad, angustia, temor. La primera relación de apego que desarrollamos luego de nacer, es aquella que se da con nuestra madre. En el momento del parto, mamá y bebé segregan hormonas –opiáceos- que les facilitan –en condiciones de intimidad y contacto físico- este sentimiento de dependencia mutua, de fusión que ambos necesitan. En condiciones naturales, una mamá que acaba de parir, abrazará a su bebé, ambos se mirarán a los ojos, emitirán sonidos, ella comenzará a acariciarlo suavemente, primero por las extremidades, y luego de a poco se estrecharán e intentarán mantener este contacto piel con piel durante todo el tiempo que les sea posible. La madre no puede dejar de mirar a su bebé con los ojos bien abiertos, le hablará con un tono de voz agudo pero de baja intensidad, con una gran sonrisa, y en pocos instantes este bebé estará listo para reconocer el olor de su madre de entre muchos otros olores, para diferenciar su voz, y se calmará mucho más rápidamente si es acunado por ella y no por otra persona. Durante estas dos primeras horas de vida, el bebé estará en un estado de alerta máximo que no volverá a repetirse hasta que hayan pasado algunos meses. Será incluso capaz de imitar expresiones del rostro de una persona que establezca un contacto visual directo con él a una distancia desde donde pueda verlo. Todo está preparado hormonalmente para que esta mamá y este bebé se enamoren el uno del otro, y desarrollen una fuerte dependencia mutua. Sin embargo, en la gran mayoría de los casos, estas primeras horas son utilizadas para realizar los primeros controles del recién nacido, a cargo de extraños, rodeados de estímulos luminosos, sonoros, y también dolorosos e invasivos. Todos ellos evitables o por lo menos, postergables. Naturalmente, tanto si se produjo esta separación como si no, mamá y bebé querrán estar juntos, reencontrarse, reconocerse, estrecharse y mantenerse muy cerca el uno del otro. Ese bebé que hasta hace unas horas era parte del cuerpo de otra persona, cuyo cuerpo estaba en contacto con un líquido tibio, con sonidos y movimientos, se encuentra perdido en una cuna, lejos de todo lo conocido y por ello llorará intentando recuperar aquellas sensaciones reconfortantes. Esta relación primera, será el modelo sobre el cual se edificarán todas las posteriores relaciones del niño. Si cada vez que necesitó consuelo lo obtuvo, si cada vez que necesitó a su madre la encontró, si sus necesidades de afecto y cobijo fueron atendidas, será un modelo que quedará incorporado como reasegurador, confiable, y cuando llegue el momento de comenzar a independizarse, siempre le resultará mucho más fácil si sabe que ante cualquier ansiedad o angustia, mamá estuvo allí”. La cultura del desapego El apego y el desapego son pautas culturales. En aquellas culturas que funcionan comunitariamente, se necesita criar a los niños de modo que sean solidarios, capaces de compartir, generosos, para que puedan priorizar el bien común del grupo. En culturas como la nuestra, se necesita que los niños sean independientes, y que aprendan a autoabastecerse, porque al llegar a adultos, importará la competitividad, el individualismo, el éxito personal y el poder. Por eso se necesita comenzar desde temprano. Separar a los bebés de sus madres precozmente, que aprendan rápidamente a sostener su biberón para que quienes lo cuidan no tengan que estar tan atentos; que se adapten a las canguro o a las guarderías sin llorar; que duerman solos toda la noche; que jueguen sin compañía; que dejen rápido los pañales; que se queden a dormir en casas de parientes o amigos, etc. Desde luego que estos requerimientos están pensados desde un mundo adulto que necesita rápidamente volver a la “normalidad”, hacer de cuenta que “aquí no ha pasado nada”, y amoldar a este bebé al ritmo de vida que tenía la casa antes de su llegada. Si pudiéramos relatar en primera persona un día en la vida de un bebé, teniendo en cuenta que sus necesidades básicas incluyen brazos gran parte del día, teta a demanda y presencia materna constante, comprobaríamos sorprendentemente que la mayor parte del tiempo, estas personitas de escasas semanas de vida-o incluso días-, postergan o renuncian a sus necesidades para hacernos el favor de permitirnos continuar con nuestra vida adulta: duermen solos en su cunita una o dos horas, se quedan en la guardería, aceptan un trozo de silicona –sin duda una mala imitación del pezón de mamá- para succionar, y nos esperan durante horas mientras hacemos nuestros quehaceres, o cumplimos con nuestra jornada laboral. Algunas mujeres sienten una gran preocupación por retomar su vida social, su silueta, sus actividades recreativas, su vida amorosa, y para esto es necesario que el bebé se esté quietecito, que duerma mucho, que no llore, que juegue solito y que se relacione con cualquier persona que esté dispuesta a quedarse a su lado. Esto es lo que se espera de un bebé casi desde las primeras semanas de vida. Si entendemos esto como “criar”, por supuesto que cargar al bebé en brazos, amamantarlo, dormir en la misma cama con él y satisfacer sus necesidades, será “malcriarlo”. Porque una vez que se ha dormido plácidamente en los brazos de mamá, y se ha abierto un ojo entre sueños y ella sigue estando allí, y al abrir la boca se encontró con su pecho dispuesto a cobijarlo y así se ha pasado todo el día, es lógico, comprensible y hasta esperable, que ningún bebé quiera conformarse con menos!!! Los adultos también necesitamos abrazos. Nos demostramos el afecto con caricias, con besos, con miradas, con palabras cariñosas. Nunca dejamos de necesitar este tipo de comunicación”. Cómo crear vínculo Poner al bebé al pecho, acunarlo, amamantarlo, acariciarlo, hablarle suavemente, sonreírle, cuidarlo, protegerlo, son actitudes que promueven la experiencia del vínculo. Los investigadores de estas temáticas, consideran que el factor más importante en la constitución del apego es el contacto físico positivo -expresado por las actitudes mencionadas anteriormente- ya que éste causa respuestas neuroquímicas en el cerebro que permiten que los sistemas cerebrales responsables del apego se desarrollen normalmente. Durante los tres primeros años de vida el cerebro alcanza el 90% del tamaño adulto y coloca en su lugar la mayor parte de los sistemas y estructuras que serán responsables del funcionamiento emocional, conductual, social y fisiológico para el resto de la vida. Por eso las experiencias de vinculación repetitivas durante la infancia proveen una base sólida para futuras relaciones saludables. Por el contrario, la inconsistencia del vínculo emocional o la falta de satisfacción de estas necesidades básicas de sostén, afecto y reconocimiento, generan conductas de ansiedad y desconfianza de los bebés hacia sus cuidadores. Los bebés pueden reaccionar a esta situación de múltiples maneras, que influirán ciertamente en la consolidación de un modelo de vinculación que luego harán extensivo al resto de sus relaciones. Que los niños se queden quietecitos en la cuna, que duerman toda la noche, que se valgan por sí mismos, son conductas que fomentamos para comodidad de los adultos, pero no son evolutivamente normales para niños pequeños. Si nuestros hijos pasan largas horas en compañía de extraños, ensayan intentos de enfrentar el mundo lejos de los brazos de mamá, hacen lo posible por dormirse en su cunita, están haciendo el máximo esfuerzo para acomodarse a un mundo adulto que dispone de pocos instantes para conectar con ellos. Son ellos quienes, a pesar de su pequeñez y su inmadurez, están sosteniendo nuestras necesidades, y aceptan sin rencores que en nombre de las buenas costumbres, les tildemos de caprichosos y malcriados. “CUANDO NOSOTROS ESTEMOS MENOS OCUPADOS, ELLOS ESTARÁN DEMASIADO GRANDES…” Lic. María Paula Cavanna. Psicóloga y fundadora de UPA Nota extraída de Mucho Mamá, blog que recomiendo visitar!

lunes, 4 de abril de 2011

BENEFICIOS DEL COLECHO

Siempre vale la pena seguir informándonos sobre colecho...

El antropólogo James Mackenna de la Universidad de Indiana, EEUU, publicó dos estudios en 1997 en el Pediatrics.

Controló con monitores en laboratorio el sueño de madres dormidas con sus bebés. Se trataba de establecer las diferencias entre los bebés solitarios y los que dormían acompañados. Se registraron las ondas cerebrales (EEG), los movimientos de los ojos, el mentón, tono muscular, la respiración y el ritmo cardíaco. Los movimientos de ambos se registraron mediante una cámara de infrarrojos. Los resultados fueron asombrosos: madre y bebé cuando duermen juntos están sincronizados, los movimientos y la respiración de cada uno afectan al otro.

Durante el sueño los bebés tienen un patrón diferente al de los adultos. Los bebés presentan más y mayores períodos de sueño ligero llamado REM con movimientos rápidos de los ojos, (en inglés Rapid Eye Movement) Hay cuatro niveles diferentes de REM numerados del 1 al 4. El sueño profundo se produce en los niveles 3 y 4. Los bebés pueden pasar por episodios de apnea que pueden durar hasta 15 segundos pero, si el mecanismo automático de la respiración no se dispara, el niño se despierta y reinicia su respiración sin problema alguno. Esto es fácil si se encuentra en un período de sueño ligero por ello los bebés no duermen profundamente como los adultos. Necesitan estar alertas para mantenerse vivos.

Según Mackenna el roce, el movimiento, el sonido de la respiración, la temperatura, el intercambio de gas carbónico y las vocalizaciones del sueño del acompañante del bebé ejercen una influencia positiva.

La sincronización entre los ciclos de sueño mamá-bebé cuando duermen cerca y comparten la misma cama aumenta la presencia de fases REM en ambos incrementando así la alerta de la madre y la sensibilidad del bebé a cualquier movimiento de su madre ayudando a disminuir y corregir los episodios de apnea. El SIDS se presenta más en niños varones, con peso inferior al normal, prematuros, y entre los tres y cuatro meses de edad.


Resultados

Estudios científicos demuestran que el contacto cercano durante el sueño entre el bebé y sus padres tiene beneficios que incluyen: despertares sincronizados entre ambos, una mejor estabilidad cardio-respiratoria y oxigenación de los niños, menores episodios de llanto, mejor termo-regulación y mayor prevalencia y duración de la lactancia. Está científicamente demostrado que la lactancia materna por sí misma es un factor de prevención del SIDS. Al facilitar la lactancia materna el colecho ayuda a prevenir el SIDS. El colecho en sí mismo, al sincronizar los ciclos de sueño madre/bebé, así como dormir en la misma habitación que los padres previene el SIDS. El colecho no aumenta la incidencia de SIDS salvo quizás en circunstancias muy especiales (madre que fume durante el embarazo y en presencia del bebé, estar dograda...)

Conclusiones

Es importante que las madres reciban información adecuada que les permita tomar decisiones conscientes y responsables sobre la crianza de sus hijos.

Por ello deberían ser informadas de las medidas preventivas del SIDS y de los factores de riesgo potenciales; de las ventajas del colecho y de lalactancia prolongada siguiendo las recomendaciones de OMS/UNICEF.

Los bebés no están capacitados para dormir solos hasta que están madurospara reaccionar ante un fallo respiratorio durante la fase de sueño profundo.



El sueño en las distintas culturas

La incidencia más baja de SIDS ocurre en los países asiáticos, especialmente en Japón y Hong Kong donde el colecho está incorporado culturalmente desde antaño. También mencionar la baja incidencia del SIDS, respecto al resto de la población, en algunas áreas de Londres habitadas por inmigrantes de Bangla Desh, los cuales continúan con la costumbre de realizar colecho.

Las autoridades de Nueva Zelanda recomiendan oficialmente que, al menos durante el primer año de vida, los niños duerman en la habitación de sus padres, aunque sea en su propia cuna, a partir de los estudios realizados por Mitchell y col. (Lancet 1996; 347:7) que muestran una clara reducción de SIDS en relación con el colecho.

La tasa mayor está en Estados Unidos: dos de cada1000 nacidos con vida (casi uno por hora), uno de los países occidentales más reacios a la práctica del colecho.


El medio y el ambiente de crianza podrían tener relación con el SIDS

En los últimos cinco años el simple acto de cambiar la posición del niño para dormir ha disminuido significativamente la proporción de SIDS. En un principio los expertos decían que era conveniente poner al bebé boca abajo a fin de que no se ahogara con su propio vómito. Pero la baja incidencia del SIDS en relación con la posición supina aconsejó que los padres acostaran al bebé boca arriba. El cambio fue espectacular. En Reino Unido reducción del 90% entre1981 y 1992; en Holanda, Australia y Nueva Zelanda la reducción fue de un 50%. En EEUU menos porque este cambio ha sido menos publicitado y menos aceptado. Al contrario dela postura boca abajo, la postura boca arriba o de lado favorece el aumento delas fases de sueño ligero por lo que es más fácil que el bebé se despierte después de un episodio de apnea.

La posición del bebé puede influir y nos ayuda a explicar por qué las culturas no occidentales están menos afectadas por el SIDS. En estas culturas los bebés duermen con la madre y maman a voluntad durante la noche. La investigación de Mackenna ha demostrado que, cuando la madre acuesta el bebé con ella, siempre lo pone boca arriba. Esta posición le permite darle el pecho y vigilarle con más facilidad; además el bebé se mueve con mayor libertad. La alimentación materna, por sí sola, también protege contra el SIDS, porque la lactancia nocturna frecuente combate la hipoglucemia y asegura que la madre esté atenta. Naturalmente las madres no eligen la posición supina porque evite el SIDS, sino porque les parece natural.

Algunos estudios han demostrado que el colecho puede ser una práctica que puede aumentar la incidencia de SIDS pero sólo en determinadas circunstancias como son:

* Que la madre sea fumadora y haya fumado durante el embarazo.
* Que los padres hayan consumido alcohol o drogas.
* Que el colecho se produzca en condiciones de hacinamiento.

Es difícil globalizar el concepto de que el colecho sea una práctica peligrosa cuando se realiza culturalmente en la mayoría de comunidades del mundo, con excepción de los países industrializados, donde comenzó a discontinuarse en los últimos 200 años.

El antropólogo James MacKenna, en dos estudios publicados por él en el año 1997, comprobó que los bebés que realizan colecho con su mamá duplican el número de veces que se amamantan por la noche, en relación a aquellos bebés que no lo hacen, llegando a prolongar el tiempo de lactancia hasta en un 40%.

Estos estudios colocarían la práctica del colecho como factor de prevención del Síndrome de Muerte Súbita infantil, por impactar positivamente en la lactancia materna.


Estudios de adultos en coma o de gemelos primerizos han mostrado que la presencia de otra persona en la habitación o de su hermano en la incubadora mejora significativamente el ritmo cardíaco y la presión sanguínea. También se cree que durante las primeras semanas de vida del bebé, su ritmo respiratorio no es suficientemente maduro y es frecuente el caso de apneas. Si la madre duerme a su lado, además de amamantarle más y mejor, se establece un vínculo tal que los ciclos de sueño de ambos se sincronizan, de manera que a menudo la madre se despierta unos minutos antes de que el bebé


En un congreso de la Asociación Americana para el Avance Científico, se comentó la relación física entre los niños con problemas de estrés y las disfunciones de personalidad en la edad adulta. Los niños que se dejan solos para dormir y no se toman en brazos para confortarlos pueden crecer con desordenes postraumáticos y problemas de personalidad, dijo el Dr. Michael Commons de la Escuela Médica de Harvard, según un estudio realizado por él y sus colegas. La idea de que los bebés necesitan contacto físico no es innovadora. Por eso, cada vez se dejan menos que lloren a sus anchas (para ensanchar pulmones, como decían las abuelas). Pero estos investigadores dijeron que se está empezando a encontrar evidencias de cambios físicos cerebrales causados por el estrés durante la infancia.


"En una gran mayoría de culturas, los hijos duermen con sus padres", dijo el Dr. Commons en su ponencia. "Para un bebé, dormir solo es muy estresante. Lo vemos claramente porque los bebés lloran." Los científicos han encontrado niveles mucho más elevados de la hormona del estrés, la cortisona, en bebés que lloran. El Dr. Commons sugiere que la constante exposición al cortisol en la infancia, causa daños físicos en el cerebro. "Hace que se sea más sensible al efecto del estrés, que aumente la incidencia de enfermedades mentales, y que resulte mucho más difícil sobreponerse", comentó el Dr Commons. "Estos cambios son reales y no desaparecen con el tiempo."


En occidente, se espera que los niños sean autosuficientes y que se las apañen lo antes posible. "No tienen los recursos emocionales para encontrar consuelo y la experiencia se vuelve insoportable", dijo el Dr. Commons. "Se ensalza el individualismo y la imposibilidad de resolver situaciones estresantes es causa de burla y desprecio. El apoyo ante el fracaso y las respuestas emocionales al estrés no forman parte de nuestra cultura."


Otras culturas enseñan a los niños a acercarse a los demás cuando el soporte emocional y físico es necesario. "Los niños duermen tocando a sus padres", dijo. "Son transportados en contacto con sus padres o de otro miembro de la familia." Especialmente los bebés menores de 8 meses deberían dormir con sus padres y tener un adulto cerca todo el día para que les conforte y les proporcione seguridad.


El Dr. Commons citó teorías que afirman que tal soporte constante hace que los niveles de cortisol sean menores, lo que contribuye a que las estructuras corticoides del cerebro se desarrollen mejor. Dijo que muchas enfermedades mentales como las fobias, ansiedad, narcisismo, violencia y depresión, en aumento en países industrializados, apenas existen en sociedades más primitivas.


El Dr Commons asumió que todavía no se dispone de pruebas concluyentes de su teoría, a pesar de que se están llevando a cabo ensayos para mostrar qué estructuras del cerebro funcionan en los casos de estrés.


Mencionó, asimismo, que los padres deben meditar con mucho cuidado cómo tratan a sus hijos. "Yo creo que los niños deben ser acariciados, abrazados y besados", dijo, "los bebés en los centros infantiles no deberían ponerse por separado a dormir en sus cunas, sino dejar que se toquen."


Referencias: Harvard Researchers Say Children Need Touching and Attention

lunes, 28 de marzo de 2011

Obediencia o sentido común

Tenemos muy arraigado el concepto de obediencia, porque casi todos quienes somos adultos hoy, hemos sido criados en base al sometimiento a los deseos o necesidades de alguien más poderoso. El más débil obedece al más fuerte que emite órdenes sobre cómo vivir, comportarse, comer, dormir o relacionarse. Si hemos obedecido como corresponde a los mandatos de otros individuos -generalmente nuestros padres- es posible que nos hayamos acomodado desde muy pequeños a sus necesidades o su moral y por lo tanto hemos obtenido beneficios. El más importante es haber sido aceptados. Hasta ahí, las cuentas dan bien. Sin embargo, hay algo sutil que sucede mientras somos niños, que es imperceptible pero opera a cada instante, que es la pérdida de nuestro pulso básico mientras hacemos grandes esfuerzos para adaptarnos a la modalidad de los mayores. Se desvanece esa voz interior que nos guía y que nos hace únicos. Extraviamos la autenticidad para situarnos en este mundo, en armonía con “eso que somos”. Y así perdemos sin darnos cuenta, el sentido común, que en nuestra sociedad es el menos común de los sentidos. Nos quedamos sin esa brújula interna que nos alumbra para indicarnos lo que nos compete y lo que no, lo que nos hace bien o nos hace mal, lo que encaja con nuestra personalidad o lo que nos lastima. Después de años de esfuerzos para acomodarnos a aquello que les conviene a los demás, hemos dejado de ser convenientes para nosotros mismos. Entonces estamos en peligro. En primer lugar, porque nuestros padres -mientras no sean molestados- no registran que haya algún problema. En segundo lugar, porque el rencor, la soledad, la rabia y el desamor crecerán en nuestro interior, y alguna vez ese cúmulo de sensaciones negativas, explotarán. Desde el punto de vista de los adultos, imponemos a nuestros hijos obediencias desmedidas y alejadas del ser esencial de cada uno de ellos, perpetuando un desastre espiritual colectivo. Tengamos la humildad de no pretender que nadie nos obedezca. El único que debe ser obedecido, es el corazón. Laura Gutman.

viernes, 11 de febrero de 2011

80 médicos estadounidenses contra las vacunas:

Documento del International Medical Council on Vaccination

Nota extraída De El Blog Alternativo

“Si los niños de EE.UU. recibiesen todas las dosis recomendadas de todas las vacunas recibirían hasta 35 vacunas que contienen: 113 diferentes tipos de gérmenes en partículas, de 59 sustancias químicas diferentes, 4 tipos de células animales y albúmina humana procedente de tejidos de fetos humanos abortados”

“Si usted piensa que no tiene que preocuparse de las vacunas debido a que sus hijos ya son mayores se equivoca. Hay más o menos 20 vacunas actualmente en desarrollo para el lanzamiento en los próximos años. Todas ellas dirigidas a adolescentes y a adultos”
International Medical Council on Vaccination


Las vacunas ya nacieron en el siglo XIX con profesionales en contra de esta práctica médica. Hasta ahora, las voces disidentes que cuestionan distintos aspectos de las vacunaciones (ingredientes, conservantes, número de dosis, edad, combinaciones, etc.) han estado presentes pero de forma discreta y haciendo poco ruido.

Sin embargo, en los últimos tiempos, y especialmente a raíz de los escádanlos con la gripe A y la vacuna del virus del papiloma humano, el movimiento antivacunal ha cobrado protagonismo y es mucho más fácil que antes acceder a información crítica y encontrar médicos abiertamente contrarios a la práctica general sobre este tema en muchos países del mundo. No es algo de un autor o un estudio concreto, sino una corriente global.

Un ejemplo de ello es el documento titulado “Vaccines: get the full story” publicado por International Medical Council on Vaccination en el que 80 médicos de distintas especialidades y docentes de Medidina en EEUU alertan sobre los riesgos de las vacunas y rechazan las recomendaciones oficiales al respecto.

Un resumen del El documento está disponible en 9 idiomas, incluido castellano, y en él se enumeran los efectos secundarios documentados de las vacunas, se trata el tema del autismo, se explican porqué muchos médicos no vacunan a sus familias, se advierte de los ingredientes de las vacunas y su proceso de fabricación, se informa de los resultados de un amplio estudio con niños no vacunados vs vacunados, se denuncian los conflictos de intereses en este tema y se acusa a la industria farmaceútica de lucrase a expensas de los daños de estos medicamentos.

A continuación resumimos sus conclusiones sobre el negocio de las vacunas, exponemos los componentes y los datos de ese estudio comparativo:


*Las compañías farmacéuticas ganan miles de millones de dólares en las vacunas
*Las compañías farmacéuticas ganan decenas de miles de millones de dólares en los fármacos administrados para tratar los efectos colaterales y las enfermedades causadas por las vacunas
*Las vacunas son la columna vertebral del sistema médico. Sin vacunas, bajarían los costes sanitarios porque tendríamos a la sociedad en general muy saludable
*Las compañías farmacéuticas, las compañías de seguros y el sistema médico se enriquecen cuando usted se enferma
*Las vacunas no dan inmunidad de por vida, por eso hay las vacunas de refuerzo que recomiendan a sus hijos
*Cada dosis de refuerzo aumenta el riesgo de efectos secundarios
*Los efectos secundarios de las vacunas pueden causar enfermedades por el resto de su vida. En realidad, hay muchos medicamentos para tratar los efectos secundarios causados por las vacunas.

Algunos ingredientes de las vacunas. ¿Cómo es posible que las vacunas sean perjudiciales para la salud?

*Virus errantes o bacterias procedentes de los cultivos de células animales con las que preparan las vacunas en los mismos laboratorios
*El mercurio, una neuro‐toxina de la cual hay buena documentación, se encuentra todavía en las dosis de vacunas múltiples contra la gripe en todo el mundo. Vestigios de este metal pesado aparecen también en otras vacunas
*El aluminio, veneno que puede causar patologías de la médula ósea, en el hueso y degeneración cerebral
*Células animales de: monos, riñones de perro, gallinas, vacas y seres humanos.
*El formaldehido (líquido utilizado para embalsamar) es conocido a nivel mundial como carcinógeno.
*El polisorbato 80, se sabe que causa infertilidad en ratones hembras y atrofia testicular en ratones machos
*Gelatina de cerdos y vacas, se sabe que causa reacciones anafilácticas, se encuentra en grandes cantidades en la vacuna triple vírica y en las vacunas contra la varicela y el herpes zóster.
*Glutamato monosódico (MSG) en vacunas inhaladas contra la gripe, se sabe que causa trastornos metabólicos (diabetes, por ejemplo), convulsiones y trastornos neurológicos, entre otros

¿Hay algún estudio o investigación que demuestre la diferencia entre niños vacunados y no vacunados?
El proyecto Cal‐Oregon (http://www.generationrescue.org/pdf/survey.pdf) que fue financiado por Generation Rescue y controlado por padres de niños vacunados y no vacunados. De los 17.674 niños incluidos en la encuesta se demostraron los siguientes resultados:

Los niños vacunados tenían:

**El 120% más de asma
**El 317% más de TDAH
**El 185% más de trastornos neurológicos
**El 146% más de autismo

Al final del documento ofrecen bibliografía al respecto con webs y libros, incluido uno en castellano: “Vacunación, el negocio con el miedo” de Gerhard Buchwald.

Continuar leyendo en El Blog Alternativo: Link a la nota original con mucha más info!

lunes, 7 de febrero de 2011

Salir del armario (o la maternidad impúdica)

Por Ileana Medina Hdez

Hace un tiempo rebauticé este sitio con el subtítulo de la maternidad impúdica, queriendo hacer un guiño precisamente a la necesidad que hay de mostrar y hablar de la maternidad, de la femineidad y de la sexualidad, de nuestros pechos, de nuestros úteros, de nuestros ovarios, de nuestra menstruación, de nuestros cuerpos, de nuestras formas de ejercer y entender la maternidad, sin rubor, sin eufemismos, sin pudores sin sentido.


Prácticamente el 100% del pensamiento (y del poder) occidental lo han ejercido personas que no han gestado, parido ni amamantado. De Aristóteles a San Agustín, de Descartes a Kant, de Marx a Simone de Beauvoir, la maternidad -y sus relaciones con la filosofía, la psicología, la dominación, el miedo, la política o el poder- no se han mostrado ni escrito desde adentro. Pocos quienes, desde afuera, han podido conectar con el poder femenino y maternal.


Por otra parte, quienes hemos gestado, parido, amamantado y criado a lo largo de la historia lo hemos hecho casi siempre en condiciones de dominación, discriminación, represión sexual, ignorancia, rechazo y desconexión del propio cuerpo y sus funciones, insalubridad o miseria.


Escuchar y leer hoy en la "blogosfera maternal" el testimonio de mujeres, muchas de ellas con grados y postgrados en universidades de primer nivel, con formación y nivel intelectual, con información y poderío interior, que a la vez están gestando con conciencia, pariendo en libertad, amamantando con placer y criando naturalmente, por elección y decisión propias, es novedoso, enriquecedor y abre las puertas a nuevas formas y rumbos sociales.


La "blogosfera" ha creado un nuevo género temático que no existía -ni existe- en los medios tradicionales: Crianza-Maternidad-Bebés, una nueva temática que ha ascendido a Categoría, gracias al conocimiento, artículos, reflexiones, lecturas, historias, imágenes y vídeos que madres, padres, matronas, doulas, psicólogos, pediatras, periodistas, escritores, mujeres, hombres... compartimos hoy en la red.


En la entrevista que hace poco los lectores del blog La Mamá Vaca hicieron al pediatra Carlos González, famoso por sus best-sellers sobre crianza respetuosa, éste decía:


«Creo que, en la mayoría de los casos, mis libros sólo han servido para que los padres "salgan del armario", para que hagan con orgullo lo que de otro modo tal vez habrían hecho a escondidas.»


Pretender, efectivamente, que se pueda criar con amor siguiendo las "pautas" de algún método o autor, es absurdo. Nadie puede seguir ningún método para amar (sí para reprimir o manipular conductas). Los actos de amor sólo pueden ser sinceros, libres y espontáneos, o dejan de ser amor, por definición.


Estos autores nos sirven pues para reforzarnos, para comprendernos y conocernos mejor a nosotros mismos, para dejar de auto-censurarnos, para librarnos de la censura exterior, para saber que lo que sentimos es legítimo y no debe ser reprimido ni intervenido por agentes externos, para ayudarnos a liberar nuestros propios demonios interiores, para quitarnos miedos innecesarios... y finalmente, ganando en seguridad, confianza y libertad, aumentar nuestra capacidad de amar corporal y tangiblemente a nuestros hijos.


Miriam, en el blog Crianza y Confianza, aprovechó esta frase de González para hablar también de cómo, por eso mismo, muchas veces escondemos, ante nuestras familias, amigos, compañeros de trabajo, nuestra forma de criar.


Uno de los mayores obstáculos para estudiar la duración natural de la lactancia es precisamente que la mayoría de las madres que amamantamos durante más de uno o dos años lo ocultamos incluso hasta a nuestros pediatras.


Todavía hay madres que son echadas de bibliotecas, restaurantes o centros comerciales por amamantar en público. Todavía hay padres que pretenden utilizar como argumento para quitarle la custodia de sus hijos a sus madres el hecho de criar con apego, o sea, con amor visible y tangible. Todavía hay quien confunde -a la vez y contradictoriamente- la crianza respetuosa y corporal con sobreprotección (por aquello del apego) o con negligencia (por aquello de la libertad "sin limites"). Mientras eso siga ocurriendo, mucho camino falta aún por andar.


Cierto que el acto de amamantar, como el de dormir o no con nuestros hijos, son actos íntimos, decisiones familiares que a nadie más importan ni deben importar. Pero ocurre que sí se habla públicamente de lo contrario: de aplicar métodos para que los niños duerman solos, de amueblar y decorar habitaciones independientes desde antes del niño nacer, de comprar cunas, minicunas y recontracunas.... De cierto modo, todo el mundo presupone -también públicamente- que esa es la única manera de criar.


Por eso, (de cierto modo en forma similar a las fiestas del Orgullo Gay que han contribuido a "normalizar" y visibilizar otras formas de orientación sexual), las tetadas públicas, o publicar testimonios, imágenes y reflexiones sobre partos naturales, femineidad y crianza corporal son una forma de "exhibicionismo necesario".


Cuando la sociedad es represora y llena de tabús -como lo ha sido siempre-, airear que existen otras formas de hacer las cosas es sano y deseable. Reflexionar, debatir, compartir, mostrar, hablar, conversar sobre estos temas, es saludable.


Sacar a la maternidad y la sexualidad del armario es necesario, para las mujeres, para los hombres, y sobre todo, para los niños y para la sociedad en su conjunto, para aumentar las formas de libertad y de amor posibles y deseables.


Reforzar el orgullo maternante de quienes están siguiendo sus instintos, lo que les dicta su corazón, sus vísceras, su útero palpitante, sus hormonas del amor... es hasta necesario en una sociedad empeñada en sustituir todo acto humano de afecto y de emoción por un sucedáneo vendible y comprable.


Mostrar, mostrarnos, sin falsos pudores, sin miedos, sin represión, con alegría, con orgullo y con placer...

Nota extraída de aquí.

jueves, 16 de diciembre de 2010

El sentido de jugar

En estos días en que solemos comprar juguetes y objetos para nuestros niños, viene bien refrescar estos conceptos......

Los doce sentidos del ser humano

Los “Tests de inteligencia son alevosos y peligrosos. ¿A qué apunta la obtención del cociente de inteligencia que tiene tanto valor social?
Por el contrario: causa estragos pues divide a los examinados en tontos e inteligentes. Por un número algunos resultan ganadores y otros fracasados.”
El profesor Howard Gardner, psicólogo social en la Universidad de Harvard, “está harto de las habladurías sobre la inteligencia y los cocientes” y opina: “La mayoría de las personas en nuestra sociedad hacen como si los seres humanos pudieran ser evaluados en una sola dimensión, es decir por su inteligencia lingüística y lógico-matemática. Esto esta muy arraigado en nosotros.”
Para Gardner esto es simplemente falso, un error desde lo científico. Él cree haber encontrado la piedra fundamental de los sabios luego de investigaciones a lo largo de catorce años. El ser humano tiene siete inteligencias y éstas no las tiene sólo en su intelecto. Una mujer que sabe bailar o un jugador de handball también demuestran tener inteligencia. Inteligencia también es la capacidad musical de percibir y producir sonidos y ritmos. Alguien que es capaz de encontrar su camino en un ambiente foráneo y además sabe interpretar un plano o un mapa es inteligente. Una porción importante de inteligencia es necesaria para recomponer una pareja que ha caído en un estancamiento, cuando hay crisis en la familia o en la empresa. Y finalmente alguien debe ser bastante inteligente para manejar su propia vida. Porque en todo caso en la vida abundan las crisis y el mundo esta plagado de disarmonía(¿).
Ahí el, CI no puede ayudar mucho, ni siquiera uno alto. Esto también lo sabe el Dr. Ferdinand König de la FU en Berlín: ”En algún momento se vio, que el CI no puede ser todo. En la vida cotidiana se ve, que personas que no están en la cúspide de estas capacidades académicas, dominan perfectamente la vida”. A la inversa muchas veces un super cerebro tropieza con problemas triviales...
De qué les sirve , si el día en que su empresa va a concurso rápidamente pueden comprender: en la progresión 3-7-12-18 el 25 es la única cifra que debe suceder lógicamente de la serie? En el test de CI esto le da puntos. Si se encuentra ante un problema cotidiano, necesita otras capacidades.
En ese artículo se le llama inteligencias a las capacidades humanas, las que también podrían considerarse actividades sensorias.
Rudolf Steiner desarrolló hace más de 70 años una teoría de los sentidos ampliada a 12 sentidos. En esto se basa la fundamental diferencia entre las escuelas Waldorf y el sistema estatal de educación. En esta se fomenta sobre todo el sentido lingüístico y lógico-matemático, mientras la pedagogía Waldorf considera importante el desarrollo de todos los sentidos.
Todo ser humano (sano) tiene desde su nacimiento la disposición de los sentidos. Cuando al niño se le dan las correspondientes posibilidades y el correcto entorno desde el nacimiento, sus sentidos se podrán desarrollar cada vez mejor y en forma diferenciada; pero también se pueden insensibilizar o atrofiar por sobreexcitación, cuando no se le ofrece “alimento”.
Todo lo que actúa sobre un niño (y naturalmente también sobre los adultos), actúa a través de los sentidos o sea los doce. Si no dispusieramos de ellos, el mundo estaría muerto y vacío para nosotros. De ahí que nuestros sentidos sean nuestras “antenas” y por ende nuestras “herramientas” para poder entrar en contacto con el mundo circundante.
Así todo tipo de juego infantil es la alternancia de uno o varios sentidos. Así como se protegen y fomse puede contribuir en la confirmación del mismoasí sucede también con juguetes buenos y de buena calidad.
Hay situaciones que nos exigen abrir nuestros sentidos- estamos entonces en una actitud receptiva- de este modo se desarrollan las vivencias del pequeño en el mundo (juego) infantil, p.ej. libros con imágenes, historias leídas, juegos de muñecas, música. Hay situaciones en que predomina la actividad propia. Para ellos los buenos juguetes pueden ser un valioso estímulo.

A continuación deseo presentarles los doce sentidos:


El sentido vital se manifiesta cuando uno se siente bien o no, esta cansado o descansado, sano o enfermo, hambriento o satisfecho. Se lo influye positivamente a través de una alimentación sana, buena vestimenta, entorno armónico dedicación amorosa de padres y demás personas, un desarrollo rítmico del día y suficiente sueño.


El sentido del movimiento se manifiesta cuando, en el niño pequeño p.ej. patalea, en el gatear y aprender a caminar. En niños mayores cuando corren y saltan y trepar. Se lo cultiva p.ej. con animalitos para arrastrar detrás de sí, caballitos de batalla, roller, bicicletas, juegos de captura, pedalo, pero también cuando un niño sigue p.ej. el recorrido de una bolita, o el tranquilo movimiento de un móvil o el baile de un títere o un trompo.


Sin el sentido del equilibrio no podríamos estar sentados, parados o caminar. Él nos da la sensación de izquierda y derecha, arriba y abajo, adelante y atrás. Se lo estimula en el niño pequeño p.ej. cuando construye una torre con bloques, cuando se hamaca o se balancea y más tarde cuando se balancea sobre un muro o barra, cuando salta la soga o hace malabares, etc.


El sentido del tacto sirve para la diferenciación entre áspero y liso, blando o duro, redondo o puntiagudo. El sentido del tacto del niño se puede acentuar más finamente si puede jugar con los más variados materiales naturales (madera, arena cera de abejas, lana, seda, chapa, piedras, agua, barro, musgo, castanias...) El plástico en cambio tiene un carácter neutral indiferente para el sentido del tacto.


El sentido del olfato es el último de los sentidos inconscientes. En general en los hombres no tiene la importancia que tiene en los animales (perro, ciervo). Pero es probable que en los niños juegue un papel más importante que entre los adultos .


Con el sentido del gusto comienzan los sentidos conscientes. Los niños pequeños llevan todo a la boca. Para estimular el gusto debería haber comida simple no demasiado condimentada, donde pueda apreciarse el sabor de cada ingrediente. En este contexto es válida la pregunta si los niños golosos tienen un sentido del gusto muy acentuado o uno fijo, estrecho.


El sentido de la vista nos permite distinguir colores y formas. El entorno del niño (pequeño) no debería ser demasiado colorido sobrecargado en este aspecto. Hoy en día esta sobreexigido por tapices con grandes y muy coloridos dibujos, juguetes de plástico con colores chillones, TV, publicidades, etc. Prestar especial atención a coloridos armónicos en los juguetes.


El sentido térmico nos conscientiza si sentimos frío o calor. Se lo insensibiliza cuando los niños regularmente están mal abrigados. Si uno siente frío, se contrae (también anímicamente), si uno siente calor, se expande, se abre nuevamente al entorno. El concierto más hermoso produce la mitad del placer si uno esta sentado temblando con los pies fríos en una fría iglesia.


A través del sentido auditivo percibimos todos los ruidos y distinguimos las voces de las personas. Si conocemos bien a alguien, en su voz ya podemos percibir cómo se encuentra.
Precisamente los niños tiene muy finas antenas para ello. Alguien musical, tiene este sentido especialmente desarrollado. Ruidos fuertes despiertan o atemorizan, suaves tranquilizan. Matracas, carrillones, xilofones, relojes de juguete contribuyen especialmente en su formación.


El sentido de la palabra es el sentido del habla en sí. Solamente el ser humano tiene éste y los dos siguientes sentidos. Este sentido se puede formar mucho mejor, si uno desde un principio habla en forma tranquila y normal con los niños, y naturalmente debe estar adecuada al mundo imaginativo infantil.
Nada de hablar como un bebé! Este sentido se estimula con la palabra plástica de los cuentos de hadas, con versitos para numerarse, juegos de palabras, poesías, dramatizaciones. Muy bien desarrollado este sentido lo tienen los poetas, escritores y oradores.


El sentido del pensar despierta al aprender a hablar , cuando se aprende cada vez mejor a unir palabras sueltas hasta formar oraciones con sentido. Por este sentido se comprende p.ej. la relacion entre causa y efecto, las leyes. Si me ocupo intelectualmente de algo, necesito una cierta distancia interior de lo que me rodea. Muchas veces este sentido es fomentado demasiado pronto en los niños. Porque cuanto más pequeños son, menor distancia anímica de su entorno tienen. Esto les da el tan importante sentido de seguridad y calor. Si los despertamos demasiado pronto al sentido del pensar, los arrancamos demasiado pronto de su “ paraíso ensoñado”. Juegos de cartas y dados, bloques para construir, juegos de cara o cruz estimulan muy positivamente este sentido en niños mayores.


El sentido del yo es el sentido por el cual como adultos podemos comprender o por lo menos reconocer la individualidad de cada ser humano. Lo necesitamos sobre todo para construir relaciones humanas positivas. Los niños ejercitan este sentido en el juego con muñecas, en juegos de roles, en el teatro de títeres.

Tal vez en este sentido los niños con hermanos corran con cierta ventaja. Se debe aprender a tener consideración y respeto; hay peleas y reconciliaciones; cada uno tiene preferencias y aversiones ; otro carácter con el que hay que concordar, etc. Acaso no es un indicio de un sentido del yo poco desarrollado cuando las personas se rechazan o incluso se odian, solamente por su aspecto físico, por su forma de hablar o por sus creencias? Cuando sólo se puede aceptar a otro por ser parecido a uno mismo? O cuando se busca la contención en una inflexible secta con rígidas normas, en vez de establecer reglas e ideales propios para vivir de acuerdo a ellas?
Seguramente que para los adolescentes es muy importante escuchar o leer biografías en la escuela.


Cuanto más ampliamente hemos desarrollado o desarrollamos (nunca es demasiado tarde!) nuestros sentidos tanto más variada puede ser nuestra vida, tanto más rica y enriquecedora para nosotros y nuestro entorno.
A veces hay personas que tienen uno u otro sentido especialmente desarrollado. Si esto sucede debilitando a los otros sentidos , esta persona es catalogada como un “especialista idiota”. Pero si una persona es capaz de manejar creativamente varios sentidos entonces es:

Artista, malabarista -----sentidos del movimiento y del equilibrio
Pintor------- sentido de la vista
Músico---------- sentido del oído
Filósofo---------- sentidos del pensar y de la palabra
Poeta----------- sentidos de la palabra y del oído
Artista de la vida---------- sentido de la vida, sentido del yo y muchos más!

Cuando la fantasía vivifica, ilumina los sentidos de un adulto, aparece el arte – y en los niños aparece por ello el juego infantil!

Los 12 sentidos son nuestras “antenas” para percibir el mundo, como también nuestras “herramientas”, que nos permiten intervenir actuando en el mundo. Pero no solo tienen la misión de posibilitarnos la vida aquí en la tierra, sino que el ser humano tiene por ellos, por su transformación, la posibilidad de alcanzar el mundo anímico espiritual.

Mayor información en: “ Los 12 sentidos del ser humano en su relación con imaginación, inspiración, intuición” de rudolf Steiner, editorial Rudolf Steiner, Dornach.

Paco Dolz
Juguetes de Madera Naturart

jueves, 15 de julio de 2010

Separaciones tempranas

La necesidad básica primordial de todo niño humano, es el contacto corporal y emocional permanente con otro ser humano. No es más complicado que “eso”. Sin embargo, algo que debería ser sencillo y espontáneo, lo hemos convertido en un problema. Casi todos apuntamos a que el niño pequeño “no nos moleste”. Es extraño. Ninguna otra especie de mamíferos pretendería algo tan insólito de su propia cría. Pero para los humanos es común determinar que lo mejor es “dejarlo llorar”, “que no se mal acostumbre” o “que no se vuelva caprichoso”. Y nos resulta totalmente habitual que el cuerpo del niño esté separado: Solo en su cuna. Solo en su cochecito. Solo en su sillita.
Apenas nace, suponemos que debería dormir solo. Crece un poco, y ya opinamos que es grande para pedir brazos o mimos. Y si crece un poco más, es grande para quedarse en casa. Luego es grande para llorar. Después es grande para no quedarse en una fiesta de cumpleaños. Y por supuesto, siempre es grande para hacerse pis, o para tener miedo de los mosquitos o para no querer ir a la escuela. Si todo lo que necesitaba desde el momento de su nacimiento fue contacto y no lo obtuvo, sabe que su destino es quedarse solo. La necesidad de contacto no desaparece al no obtenerla, entonces su mejor opción será cambiar el modelo de llamada hacia un sistema más “escuchable” para el adulto y posiblemente más molesto. Generalmente el niño enferma. Casi todos los niños están enfermos de soledad. Pero los adultos no reconocemos en la enfermedad del niño, la necesidad desplazada de contacto y presencia.
Ahora bien, si cada uno de nosotros tuviésemos la valentía de recordar y sentir el dolor sufrido a causa de los métodos de crianza y educación que hemos padecido, y si pudiésemos ponernos las manos sobre el corazón y recordar las vejaciones, humillaciones y desamparos que hemos sufrido siendo niños, comprenderemos que todo esto se trata de una revancha. Descargamos la impaciencia, la incomprensión, la desdicha y el odio del que fuimos víctimas. Ahora pretendemos salvarnos y no tocar al niño, porque tocar nos duele. Nos duele el cuerpo rígido por falta de amor, nos duele la moral, nos duele el alma. ¿Estamos dispuestos a hacer algo por las futuras generaciones? Entonces resolvamos nuestro dolor infantil y pongamos nuestro cuerpo a disposición de quienes son niños hoy.

Laura Gutman

martes, 6 de abril de 2010

Polarización entre hermanos

Tener hermanos no es garantía de que los lazos de amor y proximidad emocional se instalen. Tampoco es determinante si tenemos mucha o poca diferencia de edad, ser del mismo sexo o haber compartido habitación durante la niñez. La hermandad depende de la capacidad de nuestros padres de atender nuestras necesidades individuales sin rotularnos, es decir, sin encerrarnos a cada hijo en un personaje determinado.

Para comprender esto, tenemos que ser capaces de abordar el complejo tema de la polaridad. Este es un mecanismo mediante el cual los seres humanos podemos alcanzar el discernimiento. Comprendemos que algo es grande en relación a lo pequeño. Que algo es blando en relación a lo duro. O que algo es femenino en relación a lo masculino. En las relaciones humanas ocurre lo mismo: “proyectamos” lo que creemos, lo que suponemos o lo que nos trae alivio. Esa “proyección” es “polar”, es decir, reconocemos algo “bueno” respecto a lo “malo”. Este sistema inconsciente ubica nuestras experiencias en algún “estante” conocido de nuestro armario emocional, pero no refleja necesariamente la realidad.

Dicho esto, pensemos en el nacimiento de un segundo hijo. Ya desde la sala de parto diremos: “Nahuel es tranquilo, a diferencia de Fernando que era movedizo”, o bien: “Catalina sólo quiere dormir, en cambio Nicolás se pasaba despierto todo el día”. Al proyectar “polarmente”, ya estamos imponiendo un “personaje” que el niño luego se verá obligado a asumir. De ese modo, cuando un niño cree que según sus padres es inteligente, o responsable o distraído o agresivo o terrible, intentará asumir ese papel a la perfección. Hará lo posible para ser el más terrible de todos o el más valiente de todos para ser querido. Ahora bien, si el niño no se siente suficientemente amado, creerá que su hermano -opuesto- sí lo es. Esto demuestra que el niño no está recibiendo la calidad de confort, mirada, presencia o disponibilidad materna o paterna que necesita. Cegado por su desesperada necesidad de sentirse protegido y amparado por los adultos, hambriento de amor y de caricias, pretenderá “robar” a sus hermanos, pequeñas porciones de afecto. Claro, los hermanos -tan carentes como él- tendrán las mismas vivencias. ¿Cómo lo sabemos? Porque se llevan “como perro y gato”. ¿Cómo continúan estas historias? En principio los castigamos, o al revés, no otorgamos ninguna importancia a las “peleas de niños”. En ambos casos se quedan solos y deseosos de obtener mirada. Luego, en la medida que crecen y adquieren autonomía, registran la distancia instalada, aún siendo hermanos y habiendo atravesado la infancia juntos. Durante la juventud ya son extraños. La vida sigue. En el mejor de los casos luego toleran algún vínculo formal o social entre ellos, aunque en otros casos se habrán enemistado para siempre. Esos niños, hoy somos nosotros.

Entonces ahora, ¿qué podemos hacer con nuestros hijos, si pretendemos que mantengan relaciones afectuosas entre hermanos? Pues será menester escuchar y comprender a cada hijo en su especificidad de niño pequeño. No sacar conclusiones precipitadas sobre sus virtudes o defectos ni compararlos entre ellos. Intentar satisfacer en la medida de nuestras posibilidades, todo aquello que los niños demandan. Y sobre todo, traducir con palabras sencillas lo que hemos comprendido acerca de ellos, compartiendo esos pensamientos con el resto de nuestros hijos. Sólo entonces cada niño podrá amar a sus hermanos, porque los ha comprendido.

Laura Gutman

lunes, 4 de enero de 2010

Honremos a nuestros hijos

No hay nada más sagrado que un niño pequeño. Nada más puro, más hermoso y más frágil que un niño pequeño. Por lo tanto, no solo nos corresponde adorarlos, sino cuidarlos como un fino cristal, porque de lo contrario, se rompen para siempre. ¿Qué hacemos frente a una joya única que nos han dado para custodiar? La envolvemos en un manto de terciopelo. Luego la adornamos con cintas de oro. Vigilamos que nadie se acerque. Velamos que no sea manoseada. La acariciamos suavemente para que brille cada día más. La resguardamos de vientos y mareas. La protegemos de violencias humanas. Y en el momento adecuado, la volvemos a entregar al camino. El valor de la alhaja es incalculable y cualquier rasguño que sufra, será nuestra responsabilidad. Solo deteniéndonos a observar la belleza infinita que emana de su luz, podemos vislumbrar el tesoro que llevamos en nuestras manos. Así son nuestros hijos, así de bellos, de luminosos y resplandecientes. Los niños merecen recibir desde el instante en que nacen, nuestro respeto genuino, complaciente y cotidiano. Cosa poco habitual. Quizás por eso sea ésta la más atroz contradicción de nuestra moderna sociedad: No honrar lo más bello y puro que tenemos, se convierte en una masacre colectiva. Por eso, hagamos unos minutos de silencio. Observemos a los niños. Ofrezcámosles nuestras mejores sonrisas, si no tenemos nada más para brindar. Acariciémoslos. Respetémosles el sueño, la vigilia, el hambre, el juego, el ritmo, el contacto, la curiosidad y el derecho a la verdad. Rindámonos ante ellos, tomando en serio cada pedido. Tratemos sus cuerpos con dulzura y dedicación. No los contaminemos con palabras furiosas. Recordemos que en los niños vibra el alma de la excelencia.

Laura Gutman

domingo, 20 de diciembre de 2009

"Tenemos el instinto de proteger a nuestra cría"


Nota de Luis Aubele para el Diario La Nación de Hoy



"Personalmente creo que todas las formas de violencia tienen su origen en una carencia materna, falta de atención, calidez, amor, brazos, generosidad, paciencia, comprensión, leche, cuerpo, miradas, sostén", reflexiona Laura Gutman, terapeuta familiar y escritora.


En nuestro mundo civilizado, "la madre vive tironeada por dos fuerzas poderosas: lo que ella siente y lo que debe hacer. Lo primero es el instinto materno, la sabiduría interior, que es guiada por la intuición. En cambio, lo segundo es el mandato exterior, la manera de cómo hay que hacer las cosas; lo que se entiende por correcto", agrega.


Gutman es autora de varios libros sobre temas que la apasionan, entre otros, la maternidad, el desamparo emocional, el estrés en los chicos y la sabiduría interior. Su última obra, Mujeres visibles, madres invisibles , es una recopilación de artículos publicados en medios especializados de la Argentina y España. Dirige Crianza, institución con sede en Buenos Aires que cuenta con una escuela de capacitación y un equipo de profesionales para asistir a madres y padres.


"La llegada de un bebe crea un encadenamiento de maltratos históricos. Primero nace un chico en una institución médica poco acogedora: fría, sin calidez y donde es sometido a una serie de torturas que dentro de unos años estarán prohibidas por ley. Sondas por todas partes, es rasurado, estirado para ser medido, cuando nada de todo esto es necesario, cuando todo lo que necesita el recién nacido es estar en el mejor lugar posible: el pecho de su madre. Pero cuando las cosas son así, generalmente, el maltrato del bebe se encuentra con otro encadenamiento, el de su madre que también fue maltratada. El parto no es una enfermedad para curar: es el pasaje a otra dimensión. Es importante aclarar que las mujeres no sufrimos a causa de las contracciones. Sufrimos si estamos solas, humilladas, desprotegidas, atemorizadas", apunta Gutman.


-¿Qué es lo que quiere la madre?


-La madre quiere tener a su bebe sobre su pecho, ¡y que no se vaya! Que es lo natural, lo lógico: lo que también espera el bebe que estuvo durante nueve meses en el cuerpo de su madre, cuidado, alimentado. El espera que ese estado continúe. Sin embargo, el mandato exterior sostiene que lo sano es quitárselo a su madre, llevárselo únicamente para mamar. Dejarlo que llore y llore así se acostumbra a dormir solo. Si pudiéramos preguntarle a una madre del reino animal si al cachorro hay que dejarlo solo no entendería, porque si lo deja solo se lo comen los predadores. Hay que recordar que en la especie humana la madurez es un proceso sumamente lento que dura hasta los 21 años, que no se puede resolver en tres días. Hay muchas cosas que algún día parecerán absurdas?


-¿Por ejemplo?


-Las lobas, perras, gatas, vacas, focas, elefantas, leonas, jirafas, zorras y nosotras las humanas tenemos algo en común: el instinto de proteger a nuestra cría. Pero si a una gata o una perra, por dar un ejemplo, le tocan un cachorro lo deja. Porque está impregnado de un olor ajeno y ellas reconocen al cachorro por el olor. Nosotras también somos especialmente sensibles y si algo se interpone entre nosotras y nuestros cachorros después del parto perdemos el olfato que los hace absolutamente reconocibles como propios. En nuestro mundo civilizado, cuando una mujer da a luz, no puede oler de inmediato a su hijo. Se lo llevan para devolvérselo más tarde bañado y con olor a perfume, y la madre tiene que hacer un esfuerzo intelectual para reconocerlo como propio.


-¿Cuál es la reacción del bebe?


-El chico sufre mucho y trata de alertar a los seres de los que espera protección y afecto sobre el maltrato. Entonces, si no obtiene respuesta, organiza un sistema de supervivencia para llamar la atención: llora, se brota o se deprime, y en casos muy extremos puede llegar a morir. Muchas veces las madres siguen tan atadas al mandato exterior que parecen ignorar la situación. Posiblemente porque intuyen que si tratan de conectarse con lo profundo, con el corazón del bebe, también entrarán en contacto con su propio dolor.


-¿Una reflexión sobre la Navidad?


-Sí, claro, (abre un ejemplar de su último libro y lee): "Cada mes de diciembre compartimos el ritual de recordar una vivencia sencilla y extraordinaria: la historia de una madre que atravesó su parto en medio de la naturaleza, entre sus cabras, sus asnos y sus bueyes, amparada por un hombre llamado José. Según algunos textos, José partió en busca de la partera pero cuando ésta llegó, Jesús ya había nacido. La mujer al mirar la escena exclamó: Ese niño que apenas nacido ya toma el pecho de su madre, se convertirá en un hombre que juzgará según el amor y no según la ley . Esa preciosa criatura fue recibida en una atmósfera sagrada, con el calor del establo y bajo el éxtasis de la mirada amorosa de su madre. Dos mil años más tarde aún estamos festejando el nacimiento de un niño en buenas condiciones y reverenciando el milagro de la vida".

martes, 1 de diciembre de 2009

Los regalos de Navidad

Las ilusiones alrededor de las Navidades de nuestra infancia duraban un año entero. Escribíamos nuestras cartas con esmero, esperando que ese ser mágico vestido de rojo atienda nuestros anhelos. A veces redactábamos “que mi madre no sufra más”, “por favor, que mi padre deje la bebida” y también “quisiera un hermoso vestido”. Claro que había pedidos de regalos costosos, imposibles de ser adquiridos por personas de carne y hueso como los padres de uno. Por eso el pedido era fascinante. Si por casualidad se cumplía, era por gracia de un ser superior.

Más allá del sentido religioso que podía tener para las personas mayores, la Navidad era una fiesta para los niños, porque el mundo brillaba como en un cuento de hadas. Era el momento de cumplir algún sueño y hasta teníamos la fantasía de que todos éramos un poco más buenos. La alegría era inmensa al recibir finalmente un regalo. Uno. Inolvidable.

Hoy la magia tiene más relación con Internet que con descubrir a Papá Noel. Los hechizos duran apenas unos segundos apabullados por la publicidad. El consumo desenfrenado nos induce a comprar y comprar y comprar regalos costosos. Regalos para los niños, para los grandes, para los vecinos, los sobrinos, los nietos, las nueras y los yernos. Usamos nuestras tarjetas de crédito hasta el límite del hartazgo para juguetes, ropas, zapatos, electrónica, o vacaciones.

Posiblemente cuando nuestros hijos sean mayores, no recuerden nada especial en relación a las Noches Buenas. Hoy se convirtieron en cenas fastuosas a las cuales arribamos agotados, tras recorrer centros comerciales, endeudados y a disgusto. Es posible que algo de toda esta vorágine nos deje una sensación de sin sentido cuando se supone que debería ser una época de reflexión y encuentro.

Quizás sea la ocasión perfecta para hacer pequeños movimientos que nos satisfagan más y que llenen de sentido esa noche tan especial. Tal vez podamos instalar cierta intimidad, reunirnos con pocas personas muy allegadas y regalar a cada uno un escrito colmado de agradecimientos. Y para los niños, claro que habrá algo fuera de lo común, algo soñado, esperado, imaginado y en lo posible no muy caro. Los niños tienen derecho a recibir unas palabras que nombren lo orgullosos que sus padres están de ellos y una hermosa carta escrita por Papá Noel felicitándolos por sus virtudes, firmada con letra dorada.

La Navidad puede volver a ser mágica. Todos nosotros estamos en condiciones de ofrecer a los niños pequeños una noche especial, llena de sorpresas y de encanto. Es una sola noche al año. Todas las demás estamos cansados, hartos de nuestras rutinas. Y ese fastidio cotidiano, no hay juguete que lo transforme. Aprovechemos el confort que hemos adquirido, pero agreguemos nuestros recursos emocionales. Un poco de calma, buena música y disponibilidad afectiva, son regalos insuperables.


Laura Gutman

sábado, 10 de octubre de 2009

Apurar a los pequeños no es educar

Nota de diario LA NACION

Ignacio tiene cuatro años y cursa el preescolar doble turno en un jardín de infantes privado de Buenos Aires. Durante la primera mitad del año, la ida al colegio se convirtió en una tortura familiar. El chico se resistió a entrar en el establecimiento cada mañana, y en medio del llanto le repetía a su madre: "El cole es muy largo; yo te extraño. No me gusta almorzar fuera de casa".

El jardín al que asiste Ignacio comienza cada mañana a las 8.30 y termina a las 16.30. El chiquito, junto con sus 25 compañeros de clase, almuerza en el colegio con una vianda. Por la mañana tiene inglés y, por la tarde, castellano. Sus padres lo ven agotado. Pero les aconsejan: "Dale tiempo; ya se va a acostumbrar".

Y sí. Los seres humanos nos acostumbramos a todo. Por suerte y por desgracia. Porque, ante la dificultad de adaptación de Ignacio, surge la inquietud: ¿es bueno que nuestros hijos se acostumbren desde tan chiquitos a ausentarse de sus casas por ocho o diez horas; que coman de un recipiente plástico en la escuela en lugar de almorzar con su madre o hermanos? ¿Es necesario que estén sentados durante horas haciendo "trabajitos" mientras que sus piernas y brazos en pleno desarrollo les piden correr y jugar?

Hoy, las familias de clase media-alta escolarizamos a nuestros hijos cada vez más temprano; los preescolares de las escuelas privadas se han convertido en auténticos primeros grados. Los chicos aprenden a leer y a escribir a los cinco años. El ingreso a la primaria, en los colegios privados, es cada día más complejo. Los chicos rinden exámenes de inglés y castellano. Y como en ciertos distritos escasean las vacantes, obviamente sobrevive el más apto. Así de cruel. Pero lo peor no es esto. Es que nosotros, los padres, ante esta realidad, agachamos la cabeza y, mudos, la aceptamos. No buscamos maneras "más humanas" de escolarizar y formar a nuestros niños. Les exigimos más; pero los miramos menos.

Decididamente, algo está fallando. No es natural que los niños de cuatro y cinco años estén ocho o diez horas fuera de la casa, ni que la mayoría de los preescolares privados se haya convertido en doble turno; ni que tengan que dar exámenes para entrar a la primaria. Ya la vida se encargará de evaluarlos. ¿Qué necesidad de hacerlo cuando recién se asoman al mundo? Además, ¡qué contraste viven estos chicos de clase media-alta con los más necesitados, que ni siquiera tienen vacante en los jardines de infantes para asistir a un turno de clase! Mientras unos están sobreestimulados y sobreexigidos, los otros están directamente ausentes. Marginados.

Da la sensación de que estamos acelerando el ritmo natural de crecimiento de nuestros hijos. Y esto, de alguna manera, es abandonarlos. No los observamos ni los escuchamos lo suficiente. No los acompañamos a su paso. Estamos demasiado mecanizados en la manera de instruirlos y educarlos. Como padres y educadores, nos falta creatividad, plasticidad.

Es probable que de tan ocupados que estamos los adultos, nos hagamos los distraídos. Y así les pedimos a nuestros pequeños que "encajen" en el sistema para poder nosotros encajar en el nuestro. La cosa debe estar encarrilada. La premisa es funcionar como lo hacen todos. No tenemos tiempo ni paciencia para que nuestros hijos "no se adapten", para que precisen estar más con nosotros, o aprender de forma más personalizada. Quizá nos estén pidiendo a gritos maneras de vivir más lentas, más tranquilas.

El trabajo de educar, de empatizar, de escuchar lleva tiempo. Pero ¿qué puede ser más importante que "producir" excelentes hijos, futuros ciudadanos? La autoestima, esa capacidad de crecer fuerte, confiado, sabiéndose valioso y querible, es la "lección" más importante que cada chico puede aprender en su vida y, sobre todo, en su primera infancia. No compite con la instrucción. Vale más. Porque si esa confianza básica está, lo otra vendrá, inevitablemente.
Y además: ¿de qué vale tanta instrucción si es cierto que, como se quejan los maestros de aula, los chicos vienen cada vez más maleducados? No saludan, no piden "por favor", no dicen "gracias". Son contestadores o groseros.

Entonces, quizá sea importante empezar de nuevo, y por lo primero. Comenzar por educarlos mejor en la casa y no arrojarlos de prisa al mundo. Empezar por mirarlos y escucharlos más, y por darle a cada hijo, a cada alumno, su espacio y su tiempo, respetando su individualidad y domesticando sus emociones.

Para que aprendan según sus intereses y tiempos personales; para que explorar, probar y comprender sea toda una aventura, no sólo un deber; para que el sistema se adapte al chico y no el niño al sistema, necesitamos urgente escuelas y hogares donde esté bien visto que los niños se levanten, se muevan, jueguen, discutan e intercambien. Siempre con respeto y respetando un orden; donde las risas y el movimiento no sean mala palabra; donde se permita al niño ser lo que es: un ser humano único, vital, curioso y, por supuesto, ruidoso.

Link a la nota.

lunes, 24 de agosto de 2009

Taller de Guagüeros/de Porteo


El upa feliz

Como llevar a tu hijo en un abrazo de tela y por qué?


Martes 25 de agosto 18:00 hs

Precio sugerido: $20

Brrio Parque Avellaneda. C.A.B.A

Confirmar asistencia y pedir direccion a: mailto:nataliaidiart@yahoo.com.ar o 15-5494-7442

miércoles, 29 de julio de 2009

compartiendo...

Una experimentada Doula que tenemos las argentinas, nos comparte parte de su trabajo, con lujo de detalles.
Los tips de lactancia y alimentación para bebés que propone, son maravillosos!

Con ustedes Melina Bronfman.

Les pego un pedacito de sus textos:

Crónicas de un encuentro de crianza, junio 2009.
hola gente hermosa.
les cuento lo que ocurrió el sábado. o más bien lo que recuerdo.
vinieron deby y eduardo, con Lara de un mes (una pulguita boniiiiiiiiiita) .
paulina y pato con juana de casi cuatro meses. (parece de 4 años).
romina con miranda de año y medio. (una india salvaje).lorena y diego con tadeo de año y tres. (un buenazo gigante).
angélica y ezequiel con delfina de 7 aprox (dudo). (otro proyecto de salvaje, no para de moverse!).
denise con iñaki, de año y 5, un señorito hecho y derecho!aída llegó al final, con simón de 6 meses. (un bueno total, muy observador y tranquilo).
al principio me quise dedicar sobre todo a deby y eduardo, ya que Lara en tan pequeña, quee staban con todo lo que significa el inicio: que el bebé alcance un peso tranquilizador, que las mamadas se establezcan de manera prolongada, el tema de los llantos (ay, dios!).
por suerte como los demás participantes pasaron por lo mismo, iban aportando lo suyo.
creo que no hay mayor sabiduría que la de mamá a mamá.
y de papá a papá. lo que pasa es que la figura paterna comienza a hacerse más fuerte cuando la motricidad comienza a hacer estragos.
allí el papá es el que mostrará el mundo a la criatura, mientras la madre ¡descansa!)
apareció el tema de la reincorporación al trabajo.
en el caso de un bebé con ciertas dificultades de adaptación a los alimentos, ¿cómo es la cosa a la hora de dejarlo?
una beba estaba mostrando intolerancia a los lácteos industrializados.
no los ingeridos por ella, ya que hasta ahora no tomo más que teta, sino a los ingeridos por la madre. y que le pasan a ella por la leche materna.
la pregunta de la madre era ¿cómo voy a hacer, si llora hasta conmigo?
en principio estaba haciendo una dieta libre de lácteos, y esperaba ver resultados.
no sé si en ese momento insistí con agregar mucho sésamo a la dieta, y semillas de girasol, para asegurar leche de muy buena calidad, sobre todo con buen calcio.
apareció la posibilidad de extender la licencia un mes más. 15 días (¿apareció?).
por el otro lado, la beba está perfecta, gigante, súper vivaz así que bue...ahora que lo pienso, no sé si había una dificultad, o sólo un duelo por el fin de la maternidad full time.
es difícil...pero es la situación de la mayoría de las madres de hoy en día. ¿maternar o trabajar? ¿que se prioriza? ¿lo que necesita el bebé? ¿lo que necesita el trabajo? ¿y a la mamá que le pasa? chan.
seguimos...una mamá contó que estaba embarazada nuevamente, y que el bebé se le había pegado con velcro desde la novedad.
es más, al año, había logrado que durmiera en su habitación, y ahora colecha el final de la noche con ellos nuevamente.¡aguante el dr carlos gonzález y su libro bésame mucho!
aprovecho para defenestrar una vez mas al dr estivill, el vil.
seguimos....apareció una veriedad en el menú de los encuentros de crianza.
a los consabidos choclos (que los niñitos se encargaron de masticar y desparramar por doquier), se le agregó la papa.
sí, papa hecha en el microondas, con cáscara, hasta que se ablanda y se corta en rebanadas gruesas.
se rocía cada rebanada con salsa de soja y se come con una cucharita.
manjar.
sigo...volvimos a tocar el tema vacunas, y lo traigo porque también se tocó el encuentro pasado (que no pude escribir crónica, perdón!).
con respecto a las vacunas, los padres del encuentro anterior se fueron justamente con las dudas a sus respectivos pediatras.
y los pediatras resultaron sorprendentes: si los padres no cuestionan nada, ellos funcionan tipo caballo de calesita, pim pam pum, dale esto , esto y esto, punto.
pero si los padres preguntan, entonces aparece otra info alternativa, que aparentemente está reservada a aquellos que están listos para recibirla.
aparecen diferentes posturas ante las vacunas. que no todas son tan necesarias, que algunas son potencialmente más riesgosas que otras.
que hay diferentes edades para aplicarlas, aparentemente menos peligrosas.
concretamente volvimos a hablar de la vacuna triple viral, que es la que está asociada con casos de autismo o síndrome de asperger, sobre todo si el bebé es alérgico a la lactosa y al gluten. apareció el dato de que en jápón se da a partir de los 2 años. que las enfermedades que inmuniza no son tan peligrosas como potencialmente puede ser la vacuna (sarampión, rubeola y paperas). en fin, ¡a veriguar!
sigo...en realidad estuve muy entretenida con los deambuladores que están hechos unos indios.
me enterneció tadeo, 15 meses (que al haber bebés más pequeños y al estar los adultos maravillados viendo cómo se acomodan, gatean, se dan vuelta y exploran esa etapa tan imporante como lo es la transición en la motricidad), que en un momento se puso a gatear y a decir daaa daaa, imitando perfectamente a un bebito pequeño, mi amor!!!!.
delfina, 7 meses? es una mini gurkha. vino toda coqueta con vincha plateada, y se fue con cambio de ropa, sin vincha, hizo TODO, tocó todo, fue a donde quiso despacito, y en silencio, era como wally: a donde mirabas, ahí estaba ella.
otra bestia, porque no hay calificativo, fue miranda, 18 meses?.
más que india, era el demonio de tasmania. personaje si lo hay. creo que ahí se nota cuando hay hermanos mayores, así que las que esperan el segundo, prepárense!
iñi 17 meses es siempre un duque, llega y se queda con la mamá y mira. de repente, se suelta y comienza a investigar todo. elige las cosas que le interesan. interactúa "de lejos", se toma su tiempo, y se nota que está bien así.
muchos chicos hablan!dicen cosas!simón es un bebé que mira todo.se mueve en silencio, mira, calcula. es muy seguro, sobre todo se nota por el tiempo que se toma para hacer las cosas. se nota que decide todo el tiempo en sus hermosos 6 meses.
maestra yoda juana es una alemanota pelirroja de ojos azules a punto de reventar del tamaño que tiene. tiene 3 meses y medio, pero es un pichón de mamut. la tuve upa al final y me dedicó una luminosa sonrisa.
idola.
y finalmente abandoné el campo de batalla para irme con debi, edu y la little Lara para ver el tema de la mamada prolongada.
ellos fueron aconsejados por el pediatra de esta manera: que la beba tome la teta y que después de tomar la teta, le dieran una mamadera con leche materna.
opiné que para eso era más práctico seguir dándole la teta, sin trasvasar nada.
pienso que las complicaciones de llevar a cabo esta recomendación son varias: el bebé succiona de un plástico, y termina por incorporarlo a su esquema de vida. "succionar plástico es normal". puede abandonar la teta por el plástico, sobre todo, porque la leche sale con más facilidad de éste.
esa succión por otra parte se le es negada al pezón, por lo que el pecho recibe menos estímulo. con el tiempo, produce menos leche.
por otra parte, se sabe que la mamada final es la más engordante. si el bebé nunca llega a esa instancia, porque se le da leche de reserva en lugar de a esa leche final recién producida... .
no termina de alimentarse completamente.
cuando otras madres escucharon ese "consejo" dijeron¡ ¿pediatra?, no consultes a un pediatra sobre lactancia, consultá a las que saben.

Continua.......

Me quedo con esta sabia frase: "pero si los padres preguntan, entonces aparece otra info alternativa, que aparentemente está reservada a aquellos que están listos para recibirla..."

Gracias Mel una vez más!

viernes, 12 de junio de 2009

Colecho o cama familiar

La raza humana, durante toda nuestra historia desde que éramos unos primates que vivíamos en cuevas, ha practicado el colecho. Es solamente en los últimos 150 años, con la llegada de casas con varias habitaciones, que se separa a los bebés para que duerman lejos de sus padres. Durante cientos de años, las madres amamantaban a sus bebés durante la noche, casi sin despertarse. Los bebés recibían protección, afirmación emocional, "lecciones de como respirar", calor y leche materna. Si el bebé tiene alguna dificultad, si vomita, o tiene frío, los padres están a su lado para socorrerle. De hecho, si la temperatura corporal del bebé sube demasiado, la de la madre baja para compensarlo. La proximidad con su madre estimula la lactancia materna. Los niños que duermen con sus padres amamantan más a menudo que los que duermen en otra habitación (casi el doble y durante casi 3 veces más tiempo). Esto hace que tengan un ritmo de sueño distinto. Su fase profunda de sueño es mucho menor, con lo que el riesgo de la muerte súbita (que se supone ocurre en esta fase) es más bajo. Además, el desarrollo neuronal ocurre en su máximo esplendor en la fase de sueño menos profunda, con lo que al practicar colecho, no sólo se le da más leche materna, que es ideal para su protección fisiológica, sino que se está potenciando su desarrollo mental.
En países como en Japón, donde el colecho es la norma, el índice de muerte súbita del lactante es uno de los más bajos del mundo.
Los niños que duermen al lado de su madre lloran mucho menos frecuentemente y están menos tiempo despiertos. La madre, muchas veces, se da cuenta de las necesidades de su bebé pocos segundos antes de que él las solicite, con lo que se evitan muchos lloros. La comodidad de no tener que levantarse de la cama, sobre todo en época de frío, hace que la madre y el bebé normalmente vuelvan a dormirse casi enseguida. De hecho, muchas veces la madre no sabe exactamente cuantas veces se ha despertado, porque en realidad ¡ no se ha llegado a despertar del todo !
En un congreso de la Asociación Americana para el Avance Científico, se comentó la relación física entre los niños con problemas de estrés y las disfunciones de personalidad en la edad adulta. Los niños que se dejan solos para dormir y no se toman en brazos para confortarlos pueden crecer con desordenes postraumáticos y problemas de personalidad, dijo el Dr. Michael Commons de la Escuela Médica de Harvard, según un estudio realizado por él y sus colegas. La idea de que los bebés necesitan contacto físico no es innovadora. Por eso, cada vez se dejan menos que lloren a sus anchas (para ensanchar pulmones, como decían las abuelas). Pero estos investigadores dijeron que se está empezando a encontrar evidencias de cambios físicos cerebrales causados por el estrés durante la infancia.
"En una gran mayoría de culturas, los hijos duermen con sus padres", dijo el Dr. Commons en su ponencia. "Para un bebé, dormir solo es muy estresante. Lo vemos claramente porque los bebés lloran." Los científicos han encontrado niveles mucho más elevados de la hormona del estrés, la cortisona, en bebés que lloran. El Dr. Commons sugiere que la constante exposición al cortisol en la infancia, causa daños físicos en el cerebro. "Hace que se sea más sensible al efecto del estrés, que aumente la incidencia de enfermedades mentales, y que resulte mucho más difícil sobreponerse", comentó el Dr Commons. "Estos cambios son reales y no desaparecen con el tiempo."
En occidente, se espera que los niños sean autosuficientes y que se las apañen lo antes posible. "No tienen los recursos emocionales para encontrar consuelo y la experiencia se vuelve insoportable", dijo el Dr. Commons. "Se ensalza el individualismo y la imposibilidad de resolver situaciones estresantes es causa de burla y desprecio. El apoyo ante el fracaso y las respuestas emocionales al estrés no forman parte de nuestra cultura."
Otras culturas enseñan a los niños a acercarse a los demás cuando el soporte emocional y físico es necesario. "Los niños duermen tocando a sus padres", dijo. "Son transportados en contacto con sus padres o de otro miembro de la familia." Especialmente los bebés menores de 8 meses deberían dormir con sus padres y tener un adulto cerca todo el día para que les conforte y les proporcione seguridad.
El Dr. Commons citó teorías que afirman que tal soporte constante hace que los niveles de cortisol sean menores, lo que contribuye a que las estructuras corticoides del cerebro se desarrollen mejor. Dijo que muchas enfermedades mentales como las fobias, ansiedad, narcisismo, violencia y depresión, en aumento en países industrializados, apenas existen en sociedades más primitivas.
El Dr Commons asumió que todavía no se dispone de pruebas concluyentes de su teoría, a pesar de que se están llevando a cabo ensayos para mostrar qué estructuras del cerebro funcionan en los casos de estrés.
Mencionó, asimismo, que los padres deben meditar con mucho cuidado cómo tratan a sus hijos. "Yo creo que los niños deben ser acariciados, abrazados y besados", dijo, "los bebés en los centros infantiles no deberían ponerse por separado a dormir en sus cunas, sino dejar que se toquen."

Referencias: Harvard Researchers Say Children Need Touching and Attention
http://www.crianzanatural.com

Nota extraída de acá.

jueves, 4 de junio de 2009

"En lugar de tribu hay sólo un padre"

Todas las madres con niños pequeños necesitamos sostén, acompañamiento, solidaridad, comprensión y resguardo de otros miembros de nuestra tribu. Pero claro, en el mundo occidental -especialmente en las grandes ciudades- nos hemos quedado sin tribu. Emprendemos la búsqueda solicitando apoyo y lo que encontramos más cerca es al señor que duerme en nuestra cama, que en la mayoría de los casos ha sido nombrado padre oficial del niño. Llamativamente suponemos entonces que toda la compañía, el cobijo, la ayuda, la disponibilidad y la empatía que una tribu entera nos hubiera prodigado, ahora debería provenir de una sola persona: el padre del niño. Tomemos en cuenta que una cosa es la inmensa necesidad de ser amparadas frente a la desesperación, la locura y las vivencias confusas que estamos experimentando desde el nacimiento de nuestros hijos, y otra es lo que un solo individuo puede ofrecer, reemplazando los roles de muchos.

Cuando no vislumbramos nuestra realidad en forma global, creemos que las cosas se solucionarían si el varón regresara más temprano a casa, si cambiara los pañales de vez en cuando o si ganara más dinero. Es tiempo de admitir que somos sólo dos personas -nada más que dos- y que tanto las madres como los padres estamos demasiado solos en la compleja tarea de acunar a nuestros hijos. Si la realidad es tan desventajosa, compartamos lo que nos pasa, conversemos y decidamos juntos a quiénes pedir ayuda. Inventemos una red amorosa donde haya un lugar destacado para los niños. Ofrezcamos una sonrisa, un libro, un dato valioso a otras madres. Abramos nuestras casas, cocinemos algo delicioso, invitemos a otros adultos con niños a visitarnos. Si participamos en la construcción de una tribu moderna, dejaremos de culpar a nuestra pareja. Y aparecerá la virilidad que estábamos reclamando.


Laura Gutman

lunes, 30 de marzo de 2009

Yo juego, vos jugás...



Queridos amigos, padres, tíos y abuelos:

Les participamos de esta buena alternativa de esparcimiento para el próximo fin de semana (sábado 4 y domingo 5 de abril) para que la disfruten junto a sus hijos, nietos, sobrinos y amigos.

La actividad tiene el objetivo de revalorizar EL JUEGO como práctica activa. Brindar la oportunidad para aquellos que concurran de tener un contacto directo con productores de juguetes artesanales. Abrir talleres para generar una participación activa y conjunta entre padres e hijos, nietos y abuelos, tíos y sobrinos. Los talleres abarcarán desde pintura sobre atriles, origami, clown, amasado de pan, confección de juguetes en madera, en papel, en tela. Habrá un taller de juegos teatrales complementado con fabricación de máscaras. Construcción de barriletes y posterior barrileteada. Cada jornada culminará con charlas entre el público y profesionales en la materia.



Para quienes ya conocen el sitio, el evento se desarrollará tanto en el edificio como en el parque, por lo que en el caso de contar con mal tiempo, la actividad pasará automáticamente para el fin de semana siguiente.

viernes, 12 de mayo de 2006

La Kepina

A pedido de Mami Delux, que vía mail preguntó qué podíamos recomerdarle en 'cargadores de bebé' y porque estoy encantada de que mi experiencia pueda servirles a otros padres, quiero compartirles cómo cargué a mis hijos desde que nacieron.

(Reconozco que ni bien leí el asunto de su mail, pensé en el cargador del celular, pero como yo soy re chispita, al ratito nomás, me dí cuenta de lo que quería decir).

Nunca me parecieron muy simpáticas las mochilas portabebé que tanto se ven por ahí, y cuando estaba embarazada de Lula, en Gestar, había en un estante, varios lienzos, pintados a mano o bordados, para la venta. Se trataba de unas Kepinas. Un cuadrado de algodón, de no más de 1,20 m. por lado, que se anuda en la espalda de la mamá, formando un gran bolsillo colgante que permite transportar a bebés y por qué no niños, desde el nacimiento hasta los 2 ó 3 años de edad, según la resistencia de la espalda de quien carga al niño. Hasta un pareo o un chal, pueden cumplir la función perfectamente.
Me pareció genial. No sólo era una solución súper económica (hoy, el liencillo en Once no está a más de $5 el metro), ecológico y natural (100% algodón, ideal para usar en recién nacidos y niños pequeños), sino que ofrece otras ventajas:
* Amamantarlo sin sacarlo del nidito.
* Toma la forma del cuerpo que contiene, por lo que la espaldita del bebé no soporta ninguna posición antinatural. La kepina lo contiene en toda su integridad, o sea que su columna no se ve forzada a sostener una cabezita que aún no puede sostener.
* Deja las manos del portante totalmente libres por lo que es ideal para hacer tareas simples en la casa mientras se lo tiene a upa, viajar en colectivo sin exponerlo, etc.
* El contacto. Tener a tu hijito pegado a vos, casi como cuando estaba en tu vientre. Y para los papás, intentar saber lo que se siente.
* La mirada. Cuando son bien pequeños, quedan acostaditos mirándote a los ojos (los bebés siempre miran a los ojos), en posición de mamar casi, indescriptible...

Éste es el trapo que yo hice. Con una aplicación bordada en el centro:

Se dobla sobre sí misma en triángulo, como formando un pañuelo, se anudan fuertemente los extremos y se pasa sobre un hombro cual 'banda presidencial'. El nudo debe quedar sobre nuestra columna, bien atrás, para que no moleste. Dependiendo del tamaño del bebé es la posición que se adopta.

A los recién nacidos se los coloca en posición fetal. Contra el pecho, panza con panza era la más cómoda para mí. Los he amamantado hasta de pié en esta posición.
Ya un poquito más grandes se los puede poner de frente para observar el ambiente que los rodea.
A los cuatro o seis meses, se los puede colocar a la cadera, sentados, mirando casi lo mismo que el que los carga.
Aún cargo a Valen con sus 16 kg. en ella. Lamento no tener una foto decente para mostrar.

Una amiga fabrica éstas, las Mampunas, y no sólo porque las hace Margarita, sino que creo que son las mejores del mercado regional, porque están hechas 100% de algodón.